[Tres cosas que aprender de David y Salomón] Parte 2Muestra

Adora en el dolor

En la presencia del Señor hay placeres que duran para siempre (Salmos 16:11, PDT). La vida cristiana es una vida llena de alegría, pero también se vive en esta Tierra que está estropeada por el pecado. Ahora vivimos con enfermedades, pérdidas, pruebas y sufrimientos, pero en medio de todo eso, incluso cuando puede parecer imposible o insensible, todavía podemos adorar a Dios. La adoración es una parte esencial de nuestra vida cristiana. Adoramos a Dios en nuestras oraciones, cantos y vida. La adoración es una manera de expresar nuestro amor, gratitud y devoción a nuestro Señor y Salvador. No solo es importante en tiempos de alegría y bendición, sino también en tiempos de dolor y lucha. David y Salomón entendieron esto y nos mostraron cómo adorar sin importar en qué circunstancias nos encontremos.

Cuando nos encontramos en temporadas complejas, puede ser difícil querer adorar al Señor. Es posible que no tengamos ganas de leer nuestra Biblia, orar o incluso ir a la iglesia. Pero es en estos tiempos que la adoración significa más. Es en estos tiempos que clamamos a Dios con profundo dolor y decimos: «Señor, encuéntrame aquí donde estoy. Te necesito. Te necesito demasiado».

Para nosotros es importante ser activos en nuestra adoración, no pasivos. No podemos esperar a que el sentimiento o el estado de ánimo nos golpee antes de adorar. Debemos elegir activamente adorar. Esto significa cantar cuando el equipo de adoración está guiando, prestar atención cuando el pastor está enseñando y pedirle activamente a Dios que hable a nuestros corazones, mentes y almas.

Pero es importante que seamos proactivos en cuanto a la adoración no solo en tiempos de dolor, sino también en tiempos de bendición. Es fácil pensar que no necesitamos tanto a Dios cuando las cosas van bien, pero también lo necesitamos en las temporadas de bendiciones. La adoración es esencial.

Tómate un momento ahora mismo para orar y pedirle al Señor que te ayude a ser activo en tu adoración. Pídele que hable a tu corazón. Adora al Señor. Deja que Dios cuide de ti. Confía en que Él te encontrará justo donde estás y te guiará a través de cualquier etapa de la vida en la que te encuentres.