[Cantar de los cantares] Como imanesMuestra

Sé el elegido o la elegida

No recuerdo de qué hablamos el día que conocí a mi mujer, pero sabía que algo estaba pasando. Fue como si los imanes se unieran. Sabía que no iba a cambiar mi misión ni mi moral por ella; ella no iba a cambiar su misión ni su moral por mí. Descubrimos que teníamos la misma misión y moral porque teníamos a Jesús en nuestro corazón. Ella crecía en el Señor y yo también. Ella oraba por su futuro cónyuge y yo también. Con el tiempo descubrimos que éramos lo que Dios tenía preparado, el uno para el otro.

Si eres soltero, ten paciencia. Camina con Dios. Sé quien Dios quiere que seas. Conviértete en la persona con la que querrías que tu futuro cónyuge pasara el resto de su vida. No esperes a «la elegida»; empieza por convertirte en «la elegida». Si estás casado, sé la persona con la que tu cónyuge quiera vivir toda la vida. Sé paciente, camina con Dios y sé quien Dios quiere que seas. No estés absorto en ti mismo, sino vive con un corazón de siervo hacia tu cónyuge. Vive con una gran ética de trabajo para tu familia, poniendo a los demás en primer lugar. Si eres soltero, también necesitas desarrollar esas características.

Puede que te sientas un poco inseguro por fuera, pero cuida de tu interior primero. Eso es lo que realmente importa y lo que brilla al final. Lo que hay en nuestro corazón se reflejará en nuestro exterior. La Biblia dice que un corazón alegre alegra el rostro. Así que enfoquémonos en ser aquellos con los que querríamos que nuestro cónyuge pasara su vida. Si estás casado, pero no estás siendo un cónyuge de palabras amables, corazón servicial y buen carácter, pide a Dios que te ayude a cambiar.

Nadie se casa queriendo tener un mal matrimonio. Si le pedimos a Dios que nos ayude, Él nos enseñará, caminará con nosotros, nos mostrará lo que debemos hacer y hará su obra en nosotros. Él quiere moverse poderosamente en nuestros matrimonios, en nuestras relaciones. Pero hasta que no encontremos a Dios y su amor verdadero, no necesitamos encontrar a nadie más.

Que Jesús se convierta en nuestro verdadero amor, para que podamos aprender a amar mejor.

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