[Cantar de los cantares] Como imanesMuestra

Ve a los lugares correctos

La Biblia nos exhorta a menudo a elegir con mucho cuidado a las personas que nos rodean. Las malas compañías pueden corromper el buen carácter. Si elegimos a nuestros amigos con cuidado y sabiduría, nos rodearemos de gente buena. Si eres soltero y buscas a alguien con quien casarte, ¿adónde vas para encontrar a alguien de buen carácter, que no esté absorto en sí mismo, sino que tenga un corazón servicial?

En muchos sentidos, nos parecemos a las personas de las que nos rodeamos. En el Cantar de los Cantares, la novia pregunta al novio dónde está y dónde pasa el tiempo, porque ella quiere ir allí. Si eres soltero, ve donde estaría alguien con quien quisieras casarte. Si buscas en los lugares equivocados, lo más probable es que encuentres a la persona equivocada.

La iglesia, el trabajo y los lugares donde hay cosas que te interesan son buenos sitios para encontrar una pareja potencial. La novia pregunta: «¿Dónde pastoreas a tus ovejas? Quiero ir allí». No se trata de un extraño asunto de acosadores. Sólo dice: «Quiero estar cerca de ese lugar». Algunos se dicen a sí mismos: «El Señor me traerá a la persona adecuada, así que me quedaré en casa hasta entonces». Se imaginan que alguien llamará a la puerta y dirá: «Soy la voluntad de Dios para tu vida». Es probable que eso no ocurra. En lugar de eso, di: «Oye, ¿dónde se reúne la gente piadosa? Quiero ir allí». No tiene por qué ser la prioridad número uno, pero es buena idea hacerlo.

También es importante establecer buenos límites. Nunca debemos cambiar nuestra moral ni nuestra misión por encontrar una cita. En el Cantar de los Cantares 1:7 la novia dice: «Dime, tú a quien amo, ¿dónde apacientas a tus ovejas? ¿Dónde las dejas descansar al mediodía? ¿Por qué he de ser como una que se cubre con un velo junto a los rebaños de tus compañeras?». Las mujeres con velo eran prostitutas que acudían a los lugares donde se reunían los hombres trabajadores. La novia está diciendo: «Voy donde están los pastores, pero no creas que me presento con velo. No cambiaré mi moral ni mi misión».

Cualquiera que te exija que cambies tu moral o tu misión por Jesús, no es para ti. Si te aman por dentro, te esperarán. Tu moral y tu misión deben permanecer. Cuando caminamos con Dios, Él provee.