[Cantar de los cantares] Como imanesMuestra

Usa tus palabras

¿En qué crees que consiste el romance? Déjame decirte en qué no consiste: el romance no consiste en que un hombre toque el cuerpo de una mujer. Puede llegar a eso en una relación matrimonial, pero es mucho más profundo que eso. El romance consiste en tocar el corazón, la mente y el alma del otro con palabras tiernas y afecto. Charles Joseph Mahaney, pastor norteamericano, dijo: «Para que el romance sea más profundo, debes tocar el corazón y la mente de tu mujer antes de tocar su cuerpo».

El hombre tiene que aprender a utilizar sus palabras para enamorar a su mujer, aprender a decir las cosas en voz alta. Los hombres tienden a ser más visuales, pero las mujeres tienden a recibir el romance de forma auditiva, mediante palabras tiernas y amables.

El novio utiliza la palabra «amada» nueve veces en el libro del Cantar de los Cantares cuando habla a la novia. ¿Qué significa esta palabra en hebreo? Significa: «Amante amiga». Compañera. Mejor amiga. Se supone que tu cónyuge es tu mejor amigo, además de tu amante. Debe haber un aspecto romántico en esa relación. Un matrimonio no funciona si sólo son buenos amigos o si sólo hay pasión. Tu cónyuge debe ser tu amada, tu amante, tu amiga, tu compañera y tu confidente.

El novio compara a la novia con una yegua entre los carros del faraón. No dice que sea un caballo, sino que es hermosa, especial y elegida. Utiliza sus palabras para edificarla.

Nuestras palabras tienen poder. Podemos edificar a alguien con palabras amables, o podemos utilizar palabras duras para destruir a alguien. Las palabras duras hieren el corazón. Cualquier palabra dura que salga de nuestra boca puede herir a nuestro cónyuge, a nuestros hijos y a otras personas. Hombre, aterramos cuando nos enfadamos en casa. Asusta a los niños y, posiblemente, a tu mujer. La mujer más guapa del mundo se pone fea cuando es mala, porque las palabras duras hieren el corazón. Esto no significa que nunca nos peleemos, pero debemos aprender a tener una buena pelea. Cuando nos enfadamos por cosas, no debemos utilizar nuestras palabras como balas dirigidas a otras personas. En lugar de eso, utilicemos nuestras palabras con sabiduría y amabilidad para edificarnos mutuamente, para tocar los corazones y las mentes de quienes amamos.