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¿Alguna vez has visto una película y te has sentido inspirado? Sentiste que podías lidiar con todo lo que la vida te estaba lanzando simplemente por sentirte animado y fortalecido. No has cambiado físicamente, pero por dentro te sientes diferente.

El mismo sentimiento de ser fortalecido sucede cuando aplicamos la Palabra de Dios a nuestras vidas. La Palabra de Dios nos da poder para vivir el tipo de vida que Dios quiere para nosotros y que nosotros queremos para nosotros mismos. La Palabra de Dios nos da fuerza cuando la necesitamos.

Hoy, lee este versículo un par de veces más y escribe una idea de cómo la Palabra de Dios te da poder.