CÓMO VIVIMOS: Libres para servir

“…Más bien sírvanse unos a otros con amor” (Gálatas 5:13).

Pablo, con mucha pasión, le pide a los gentiles creyentes de Galacia: “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud, — refiriéndose a la ley de Moisés (Gálatas 5:1).

La libertad es para lo que Cristo nos hizo libres.

Sin embargo, la Biblia no define “libertad" como "vivir sin restricciones”. En cambio, la libertad bíblica se entiende como “ser liberados del poder arraigado del pecado, el esclavizador que quiere dirigirnos solo hacia la muerte” (Romanos 6:15-23).

La ley era simplemente otro tipo de esclavizador. Aunque bien intencionada, era, en última instancia, impotente para liberar a la humanidad del yugo del pecado. Esta libertad podía obtenerse únicamente confiando en la promesa de Dios. Por la fe en Jesús. Por esta razón, Pablo no quería que los Gálatas vieran la ley como su “garantía de rectitud delante de Dios”. Esa era simplemente otra forma de esclavitud. Y ¡Jesús ya los había hecho libres de todo!

Desde este lugar de ser libres de pecado, y la aceptación divina que no proviene de obras, Dios invita a su gente a, humildemente, servirse los unos a los otros en amor y a usar su libertad de beneficio para otros.

¿En algún momento te has sentido libre de servir a alguien en amor? ¿En algún momento has sentido el gozo que proviene con esa libertad?

Cuando ya no estás bajo el control del pecado ni de la Ley, se convierte en alegría el encontrar formas de amar a los demás de manera sacrificial. De entregar tu vida por ellos como un un vívido reflejo de la vida que fue entregada por ti y por tu libertad.