Cuan La Duda Nos InvadeMuestra

Como vimos en el primer día, llegué a un punto de mi vida donde comencé a cuestionar si lo que creo es una convicción propia o algo que simplemente estaba repitiendo porque lo venía escuchando desde pequeño.

Muchos de nosotros empezamos a ser creyentes a una edad temprana, con una fe que recibimos a través de nuestros padres, en quienes confiamos implícitamente. Expresar dudas no debería ser censurado sino alentado en las siguientes generaciones.

Dios escapa nuestra total comprensión. Es un ser infinito. Sus caminos son más altos que los nuestros; Sus propósitos, a veces indescifrables.

Debería preocuparnos un sentimiento de autosuficiencia y una falsa satisfacción por haber entendido completamente a Dios. Las convicciones más profundas solo se pueden construir desde la duda y el diálogo.

Si nunca analizamos nuestra vida, si no meditamos en la Palabra, si no contemplamos los propósitos de Dios, no tendremos por qué ejercer nuestras mentes.

La realidad es que nadie tiene una fe perfecta en esta vida. Eso también te incluye a ti. Pero, si tu fe no es perfecta, esto significa que puede crecer y ser más fuerte hoy de lo que era ayer.

Todos en algún momento necesitamos considerar que las verdades que defendemos podrían estar equivocadas, con el fin de abrazar nuestra fe más profundamente.

Tal duda a menudo resulta en una fe más fuerte. Una vez más, la duda se convierte en el puente que une la fe presente con la fe perfecta y el infinito amor de Dios.

Aun cuando Dios nos ha revelado muchas cosas y hay mucho que podemos entender, quedan cosas "secretas" que solo le pertenecen a Él (Deuteronomio 29:29).

Nunca seremos capaces de comprender exhaustivamente la trinidad, o como Dios creó todo de la nada. Pero lo que podemos comprender es suficiente para descansar en Dios cuando la duda te invade.