Cuan La Duda Nos InvadeMuestra

Recuerdo que en una ocasión, en mi niñez, mientras acompañaba a mi papá en su trabajo como vendedor de maquinaria industrial, él me dejó en el automóvil por unos minutos mientras atendía un cliente. Al pasar los minutos, y ver que mi papá no regresaba, la duda comenzó a tocar la puerta de mi corazón. Comencé a pensar que Jesús había venido por Su iglesia, tal y como me lo habían enseñado, y yo me había quedado. Desde ese día cada vez que me dejaban solo en algún lugar, este era el pensamiento que invadía mi mente.

Al pasar de los años, comencé a recordar esta ocasión con nostalgia y risas. Ahora también puedo contarlo abiertamente, y es justo lo que quiero tratar de transmitirte el día de hoy.

En diversos momentos de mi vida me he cuestionado a mí mismo acerca de lo que creo; a todos en algún punto de nuestra vida nos ha invadido la duda. En esos momentos, me preguntaba si lo que creo desde mi infancia tiene que ver con lo que me enseñaron mis padres, o es una convicción firme en mi vida fruto de una relación directa con Jesús.

El libro de Marcos capítulo nueve a partir del versículo catorce, relata una ocasión donde Jesús se acercó a un muchacho que padeció una enfermedad. El padre del muchacho gritó fuertemente al ver a Jesús: Ten misericordia de nosotros y ayúdanos. A lo que Jesús respondió diciendo: Cualquier cosa es posible si crees. Y el padre del muchacho exclamó: ¡Si creo, pero ayúdame a no dudar!

A lo largo de la Biblia podemos ver como grandes hombres y mujeres dudaron. Sin embargo, Dios no les pidió que fingieran y trataran de fabricar certeza. Los aceptó donde estaban, y solamente les pidió ser fieles y dar un paso adelante a través de la duda y en la duda.

¡Dejemos que Dios transforme la duda en un nuevo y mayor entendimiento de Su amor incondicional!"