¿Quién? Es JesúsMuestra

Jesús es obediente

Filipenses 2:8: Y, al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!

Si tuviéramos que escoger, de entre todos los personajes en la Biblia, un ejemplo de obediencia, apuntar a Jesús sería la opción más acertada. Jesús fue aquel capaz de negarse a sí mismo, renunciar a Su bienestar y salud y estar dispuesto a caminar de forma voluntaria hasta el momento de Su muerte para obedecer al Padre que lo envió. Si miramos aquel momento en Getsemaní podemos ver que Jesús comprendía muy bien el precio de dolor y sufrimiento que traería Su obediencia, y por eso pronuncia las palabras que encontramos en Lucas 22:44 “Padre, ¡cómo deseo que me libres de este sufrimiento! Pero que no suceda lo que yo quiero, sino lo que tú quieres" (TLA). Lo interesante de esta frase es que, por preferencia de la humanidad en Jesús (recordando que fue 100% hombre y 100% Dios), Su deseo era poder librarse de todo este sufrimiento, pero por encima de Sus deseos y preferencias estaba en obedecer a aquel que lo envió. Si nos trasladamos al momento de la crucifixión podremos encontrar en los latigazos recibidos, las laceraciones en su cuerpo, la corona de espinas, los clavos en sus manos y pies y la cruz ejemplos tangibles de la obediencia de Jesús hacia el Padre, y es en esta ocasión donde en palabras de un incrédulo se nos da a conocer que en cualquier momento Jesús pudo detener todo el dolor y sufrimiento por el que estaba pasando, cuando aquel hombre colgado a su lado en un tono irónico dice a Jesús: “¡Sálvate a Ti mismo descendiendo de la cruz!” (Marcos 15:30 TLA). Pero, a pesar de que Jesús pudo hacerlo, salvarse a sí mismo, no lo hizo porque sabía que, siendo obediente hasta la muerte, la salvación no sería para uno solo, sino que se extendería a millones de personas.

Oración:

Jesús, hoy te damos gracias por tu obediencia, gracias por negarte a ti mismo y por no bajarte de la cruz. Gracias porque por tu obediencia hoy podemos disfrutar de la salvación. Ayúdanos a ser obedientes al Padre, así como tú fuiste obediente al Padre. Amén.