El arte de sobreponerse de las adversidadesMuestra
Día 3: El dolor es terreno sagrado.
Cualquier padre te dirá que es desgarrador escuchar el llanto de su hijo. Los padres están programados para cuidar a sus hijos. Su dolor despierta compasión, incluso si su “dolor” es solo una obstinada negativa a cerrar los ojos e irse a dormir.
De la misma manera, nuestro dolor resuena en el corazón de Dios. Siempre se preocupa y siempre está cerca. Él no es un capataz distante en el cielo que solo se preocupa por cuánto hacemos o si hoy hemos pecado.
Él se preocupa por nosotros. Él entiende por lo que estamos pasando. Comparte nuestras emociones.
La Biblia habla con frecuencia de que Dios "escucha nuestro clamor" o "ve nuestro sufrimiento". Las pequeñas muertes que atravesamos conmueven el corazón de Dios. Somos infinitamente valiosos para él, por lo que comparte nuestro dolor. Incluso si se trata de una pérdida relativamente pequeña a los ojos de otras personas; tal vez no te dieron un ascenso, robaron tu automóvil, recibiste una carta de rechazo de un editor, o murió una mascota de la familia, estas experiencias adversas son importantes para Dios.
Antes de que Jesús resucitara a Lázaro de entre los muertos, primero se reunió con las hermanas del muerto, Marta y María. Tenían el corazón roto, por supuesto. Incluso estaban enojadas. Puedes escucharlo en sus voces en Juan 11. En un momento, cuando Jesús vio el dolor de María y de los demás, fue invadido por la compasión y comenzó a llorar.
¿Te das cuenta de cuánto dice eso sobre el corazón de Dios? Jesús sabía que iba a resucitar a Lázaro de entre los muertos, y aun así lloró. El dolor de ellos, le importaba. Jesús no ignoró la pérdida; la validó. Se sentó con ellos en su sufrimiento y compartió sus lágrimas.
¿Por qué le importan a Dios nuestras lágrimas?
Es sencillo. Porque le importamos a Dios. Y no solo nuestra productividad, o nuestra santidad, o nuestra generosidad. A sus ojos, tu dolor es valioso. Tu dolor es santo. Tu pérdida es sagrada.
Entonces, cuando la muerte golpee, no te apresures en sofocar tu dolor. No te manipules a ti mismo obligándote a guardar silencio. No pases por alto tu pérdida en nombre de la fe o la fuerza. Permítete “sentir todos esos sentimientos” durante el tiempo que necesites, porque tus momentos de adversidad son valiosos a los ojos del Señor.
Escrituras
Acerca de este Plan
La vida está llena de contratiempos, pérdidas, decepciones, y sufrimiento. "El Arte de Sobreponerse" te ayudará a lidiar con la pérdida, la aflicción y el dolor. Se trata de rehusarse a permitir que las cosas que parecen finales, te desanimen o desestabilicen. Al contrario, deja que Dios las convierta en comienzos. Cuando la vida sea complicada y confusa, no te rindas. Alza tu vista. Sin importar el momento difícil, la derrota o la pérdida dolorosa que estés enfrentando, Dios está contigo.
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