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Nadie sabe lo que tiene… Hasta que lo pierde

Este es un dicho que uno generalmente lo aplica a una relación amorosa, pero aplica para todo. Y es que muchas veces comenzamos a dar valor a las cosas, justamente cuando ya no están ahí.

Casi nadie vive contento con lo que tiene, es una realidad. Nos quejamos por no poder darnos los gustos que queremos, y damos por sentado que la vida es injusta con nosotros, mientras que hay personas en el mundo, como lo es, el caso de estos jóvenes sudaneses, que cada día de su vida, era una cuestión de vida o muerte.

Job fue un hombre que tenía muchas posesiones y riquezas, era un multimillonario, en su época. Pero en cierta etapa de su vida, Dios permitió que perdiera todas las cosas que tenía y dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!".

¿Dirías tú lo mismo si te tocara perder algo que crees que la vida te debe? A mí me ha costado mucho aceptar el perder algunas cosas que, por voluntad de Dios, ya no tengo… Es difícil, y es algo que le pido a Dios de forma muy frecuente… “Concédeme la gracia, para aceptar aquellas cosas que no puedo cambiar”.

Y precisamente esas cosas que ahora extraño, son cosas que antes estaban ahí, pero que nunca supe valorar, hasta que un día… Ya no estaban. ¿Me pregunto si el gerente del supermercado, seguiría enojado porque regalarán comida a una persona necesitada, si él hubiera tenido que pasar por hambre?