[La sabiduría de Salomón] Cinco tazas de té con mamáMuestra

Puestos los ojos en Jesús

¿Te consideras una persona concentrada? ¿Eres del tipo que se distrae fácilmente? Hay tantas cosas en este mundo que nos distraen, como las notificaciones interminables de nuestros teléfonos o los sonidos, campanas y silbidos constantes. El meollo del asunto es que queremos estar al tanto y nunca perdernos nada. Nuestras muchas distracciones también nos llevan a buscar cosas que no nos complacerán, a tratar de poner algo en el trono de nuestro corazón que no pertenece allí, aparte de Dios.

La taza de té de hoy está aquí para recordarte que cuando tu enfoque está en Jesús, el atractivo y la seducción del mundo pierde su poder. Quizá no te des cuenta de esto, pero cada momento que no estás siguiendo al Señor es un momento que estás huyendo de Él. No hay un punto medio cuando se trata de ser un discípulo de Jesús. El enemigo quiere que estés distraído; quiere ahogar tu alegría. Se requiere sabiduría para saber cuándo estamos perdiendo el enfoque.

La distracción produce efectos que se propagan para lastimarnos a nosotros y a los que están a nuestro alrededor. Uno de esos efectos es nuestra incapacidad para estar verdaderamente presentes con nuestros amigos, familiares y, en última instancia, con Dios.

Cuando estás verdaderamente presente y puedes concentrarte en lo que es importante, tu legado e impacto serán imposibles de medir, pero cuando no estás enfocado e involucrado, esto podría ser perjudicial para quienes te rodean.

El objetivo no es que te enfoques en tu legado e impacto; más bien, concéntrate en Jesús. Si amar a Jesús es la meta número uno en tu vida, todo lo demás lo seguirá. Naturalmente, querrás pasar tiempo con tus hijos, familiares y amigos, estando genuinamente presente con ellos, sabiendo que Dios siempre está presente con nosotros. A través de Jesús, ahora tenemos acceso al Padre, y podemos hablar con Él en cualquier momento y saber que Él nos está escuchando y que está trabajando.

Quizá no te des cuenta, pero hay muchos ojos sobre ti: en casa, en el trabajo, e incluso los ojos de Dios están sobre ti. Cuando vivimos sabiamente y cuando las prioridades de Dios son nuestras prioridades, tendremos un impacto duradero en el reino de Dios y en los que nos rodean, un impacto que nos sobrevivirá.

Pensamiento del día: ¿Sobre qué has fijado tus ojos? ¿Está Dios en el centro de tu vida? Pídele al Señor que te ayude a mantenerte enfocado cuando el mundo está tratando de distraerte.