Serie Armadura: Episodio 5 SalvaciónMuestra

DESÁNIMO

Esta armadura sabemos que es para resistir los ataques del enemigo y, como vimos ayer, los realiza en nuestras mentes como campo de batalla.

La espada que el diablo utiliza es la que corta con desánimo y duda. Estos son los dos filos que dirige a nuestras cabeza, por tal razón en momentos donde la pelea se hace más fuerte debemos tomar el yelmo para así no salir derrotados. Hoy veremos el desánimo y mañana será momento de desarrollar la duda.

Recordemos que el objetivo del enemigo es ingresar en el sistema de pensamiento del creyente en Jesucristo por lo cual hará sus máximos esfuerzos para romper las barreras que no se lo permitan, en este caso el yelmo. ¿Cómo opera? Él utiliza el desánimo para que por medio de este uno esté vulnerable y comience a abandonar. La Biblia nos habla de que el amor se enfriará en los últimos tiempos, muchos apostatarán de la fe; estos son los que han sido desanimados y sus cabezas no estaban cubiertas del yelmo de la salvación. Este casco es el que nos protege de desmayar, del cansancio, de renunciar y abandonarlo todo. Satanás quiere quitarle el gozo de saber que hay una salvación que viene y que debemos perseverar hasta el final.

No dejes que el enemigo te desanime y te robe la alegría de que viene un día de salvación donde seremos glorificados. No renuncies ni abandones ya que hay un yelmo que te dice que hay una salvación pasada y presente pero aún no ha llegado la futura y es Jesucristo regresando por Su Iglesia.

Antes de que oremos quiero motivarte a no desanimarte; no te desanimes en tu servicio, en tus oraciones, en tus esfuerzos, en tus consejos, en tu lectura bíblica, en medio de los problemas, en las crisis, en todo esto y más, te digo: ¡NO TE DESANIMES!! Hay una esperanza que vive en ti y regresará por ti.

Oración: Señor nos unimos en oración en este momento para tomar el casco que nos guarda en tiempos de dificultades, tiempos en los que somos atacados con pensamientos en nuestra mente que intentan desanimarnos e intentan llevarnos a abandonarlo todo. Hoy me levanto en el nombre de Jesús y declaro que la esperanza de salvación futura, tu regreso, es mi gozo y ese gozo es la fuerza de mi vida, amén.