Camino Hacia La MadurezMuestra

Siempre insistir, siempre resistir, pero nunca desistir.

Este es el penúltimo día del devocional, y si ayer hiciste la lista sabrás que hay muchas cosas buenas que Dios hizo en tu vida o que empezó a hacerlas. También te pudiste dar cuenta de otras que faltan por realizar, pero viendo todo en retrospectiva, has dado pasos de fe y estás avanzando poco a poco hacia la madurez.

Lo interesante de caminar con Cristo, es que es una “carrera de fe”. El problema es que no se trata de velocidad sino de resistencia. Esto te prepara para caminar a un paso constante y también para soportar cada etapa que se vive, etapas de desaliento, desilusión, dolor, soledad y muchas más. Con el caminar de los años, te enseñarán que te volvieron invencible y que no lograron (ni lograrán) detenerte. Aunque quisiera decirte que todo va a estar bien siempre, no puedo asegurar algo contrario a lo que Jesús dijo: “Que en el mundo tendríamos aflicción; pero que confiáramos, porque Él ha vencido al mundo”.

Así que, aunque el mundo conspire en tu contra, lo hará sin Dios, pues Él te defiende y lo hará siempre. Alentará tus pasos y te guiará por lugares seguros, donde podrás ver su amor por ti. Tu corazón debe estar seguro de que no se detendrá, de que nunca va a abandonar los procesos ni desistir en las malas temporadas, porque “ningún marinero se hizo en aguas tranquilas”.

La palabra “insistir” me recuerda aquel rey que sólo golpeó 3 veces y que se detuvo. Si hubiera golpeado más veces la victoria estaría asegurada. Así que insiste cuantas veces sea necesario o hasta que las puertas se abran. Será como aquella mujer que fue con el juez hasta que éste le hizo justicia por la insistencia.

La clave está en orar sin cesar, o sea, hasta que el milagro suceda o hasta que entiendas el porqué estás en esa situación.