La última semana de JesúsMuestra

Lavando los pies de los demás

La celebración de la Pascua estaba a punto de iniciar y Jesús ya sabía que Su hora había llegado. Así que el jueves tomó a Sus discípulos y se dirigió al lugar donde tendrían la cena en conmemoración de esta fecha. La Pascua es una celebración constituida desde los tiempos de Moisés que consistía en conmemorar la salida del pueblo de Israel de Egipto, sirviendo esto como recordatorio del amor de Dios hacia Su pueblo que sacó de la esclavitud.

Jesús, al estar en la cena con Sus discípulos le da un nuevo significado a esta celebración. Ahora no recordarían la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud sino más bien la liberación de la humanidad de la esclavitud del pecado. El pan y el vino usados en la cena serían ahora el recordatorio del cuerpo y sangre de Jesús dada para la salvación de cada uno de nosotros.

Al terminar la cena, Jesús se quita Su manto, se ató una toalla a la cintura, puso agua en un recipiente y realizó un acto que era una costumbre de la época designada a los siervos de una casa o los esclavos que ejemplifica con claridad la visión que tenía Jesús del servicio a los demás. Tomó a Sus discípulos y uno por uno fue lavando sus pies.

Nuestro maestro hasta las últimas instancias de Su vida tomó el tiempo para darnos un gran mensaje, el servirnos los unos a los otros en igualdad de condiciones. La lógica del reino de Dios es contraria a la de este mundo. El servicio a los demás y no a nosotros mismos es la regla de Oro del reino celestial.

Para reflexionar: ¿Entregas realmente tu vida al servicio a los demás? ¿Hay orgullo en tu vida que impide ser una persona servicial a los demás?