Dirección DivinaMuestra

Ve

¿Sientes que algo nuevo está sucediendo en tu vida? ¿Quieres algo diferente? Aunque no lo sientas ahora, siempre es una buena idea mantener el corazón preparado para el cambio porque es una garantía.

Hemos hablado sobre comenzar, detenerse y permanecer. Algunas veces la mejor decisión que podemos tomar para encontrar la dirección de Dios es ir.

A menudo somos llamados a mantenernos firmes cuando aumenta la presión, pero muchas veces debemos arriesgarnos. ¿Te sientes incómodo donde estás? Dios puede haber sembrado en ti un deseo divino para servirle de una manera sorprendente. Tal vez te ha inspirado un grupo específico de personas, una idea, un problema o un lugar. Tal vez te está llamando a irte. Haz caso a esa corazonada y ve hacia dónde te lleva, recibe con los brazos abiertos la aventura. La mejor manera de dar un paso de fe es correr con ventaja.

Hay una gran historia en el Antiguo Testamento sobre Abram y Sarai (después Abraham y Sara) que ilustra el "irse" de manera perfecta. En Génesis 12 Dios habló a Abraham. En esa época, Abram estaba viviendo en un pueblo llamado Harán, pero era de una ciudad llamada Ur de los caldeos. En Ur, el pueblo natal de Abram, las personas adoraban a Nannar, dios falso de la luna.

Lo relevante es que el único y verdadero Dios eligió revelarse a Abram. Dios le dio una orden muy simple y directa: aléjate de todo lo que hayas conocido. "Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré" ( Génesis 12:1 NVI 1984, hago énfasis en:

Deja y vete).

Para avanzar hacia tu destino, quizás debas alejarte de tu seguridad.

Para ir a otro lugar, debes dejar aquel en el que estás. Debes dejar lo conocido, lo cómodo, lo predecible, lo fácil. Para avanzar hacia tu destino, quizás debas alejarte de tu seguridad.

¿Quién sabe hacia dónde pueda llevar Dios tu historia si se lo permites? Un día, en algunos años, mirarás hacia atrás y verás la historia completa. ¿Cómo va a ser? "Sentí como si Dios me llamara, pero me asusté, así que no hice nada" o ¿tendrás una aventura llena de fe para contar? La diferencia radica en que vayas o no cuando Dios te diga: "Ve".

Pregúntate: ¿Qué me está pidiendo Dios que deje? ¿Hacia dónde me está pidiendo ir?