Dirección DivinaMuestra

Permanece

He pensado, muchas veces, cuán diferente sería mi vida si me hubiera dado por vencido cuando quise. Mi historia podría haberse convertido en algo como: "Sí, solía pensar que se suponía que iba a ser un pastor, pero lo intenté y las cosas no funcionaron. Así fue".

Estoy seguro de que tendrás que luchar con retos ocasionales en diferentes etapas de la vida: un jefe que no crees poder soportar un día más, una relación que de repente te está hiriendo, un sueño que se está quedando sin recursos, un cambio que no colmó tus expectativas. Cuando enfrentas dificultades, es lógico reconsiderar las decisiones enormes que cambian la vida. Podrías preguntarte:

• ¿Debería correr el riesgo, renunciar a este trabajo y buscar algo más?
• Luego de la aventura de mi esposa, ¿es hora de avanzar?
• ¿En realidad sirvo para dirigir un negocio? ¿Debería evitar las pérdidas antes de que las cosas se pongan peor?

En cada uno de estos ejemplos, y con la mayoría de las grandes elecciones de la vida, estás en una bifurcación crucial en la carretera y es hora de decidir: ¿Debería quedarme o alejarme?

A menudo la mejor y más satisfactoria decisión que puedes tomar es aguantar hasta el final, incluso cuando fuese más fácil darse la vuelta y alejarse. No estoy diciendo que nunca deberás alejarte. Pero antes de decidir, pregúntate: ¿Estoy eligiendo darme por vencido porque es lo correcto o porque parece que irse sería más fácil? A veces el mayor acto de fe es la fidelidad, el quedarse donde estás. En unos años mirarás hacia atrás y agradecerás a Dios que decidiste quedarte cuando habría sido más fácil irse.

Recuerda, Dios te hizo a Su imagen y es el autor y consumador de tu historia. No es un desertor. Termina lo que empezaste.

Ora:Dios, ¿hay algo de lo que esté intentando alejarme que quieres que permanezca y finalice?¿Me darías Tu fuerza para perseverar? Amén.