Quiero crecerMuestra

Quiero ser más alegre, menos resentido

Mi experiencia de vida ha sido que los recuerdos de dolor son más intensos que los recuerdos de placer. Eso puede ser bueno: los recuerdos del dolor pueden servir como advertencias para no hacer ciertas cosas tontas por segunda vez. Pero también pueden abrumar y desplazar los pensamientos felices y dejarte sintiéndote triste.

Peter Pan quiere que la gente piense que los pensamientos felices pueden hacerlos volar. Bueno, pueden. No literalmente, por supuesto. Pero elegir dejar que tu mente se detenga en el asombroso derramamiento de bendiciones de Dios en tu vida puede dar alas a tu espíritu y ayudarte a salir de un agujero emocional. San Pablo está de acuerdo: "Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les digo, ¡regocíjense!" (Filipenses 4:4).

El Evangelio de Cristo nos hace a todos optimistas. Los grandes enemigos de la humanidad han sido derrotados: Satanás, el viejo dragón, ha sido eliminado. Ahora herido mortalmente, se enfurece, pero su destino final, tu pecado fue puesto en su totalidad sobre Cristo, y no lo llevas más. La tumba es ahora solo un lugar de descanso para tu viejo cuerpo cansado y tendrás que entregarlo cuando suene la trompeta del arcángel Miguel. El infierno fue experimentado por ti por Cristo en Su cruz, y nunca sabrás cómo son sus tormentos. Incluso la muerte, ese ángel de la muerte, puede parecer que está ganando, pero de hecho la muerte de un cristiano solo significa que su espíritu ahora ha huido a la presencia de Cristo.

Cuanto más reflexionas en la poderosa obra de Cristo a tu favor, más se regocija tu alma.