¿Dónde Está Tu Cruz?Muestra

En las Escrituras que conducen a nuestro pasaje principal, el intercambio familiar entre Jesús y Pedro nos recuerda que no podemos definir cómo es la obediencia para nosotros mismos o para los demás. Pedro comienza a reprender a Jesús por Su horrible descripción de Su destino final en la tierra, que incluye la persecución y, en última instancia, la cruz. A nosotros, los humanos, no nos gusta el sufrimiento o la mención de él en cualquier forma. Jesús estaba tan concentrado en Su misión que incluso Su amigo, Pedro, bien intencionado, no podía influir en Él.

¿Cuántas veces hemos dejado que la opinión de los demás nos influya hacia la desobediencia a Dios? Es esencial verificar nuestros motivos y ego en la puerta y controlar nuestra forma mundana de pensar, conociendo nuestra tendencia a seguir la opinión popular. Habrá momentos en nuestro camino con Dios cuando nos pida que hagamos cosas difíciles, tomemos decisiones difíciles y tomemos un camino menos transitado. Si nunca nos desafían a ir más allá de nuestras necesidades, deseos y miedos, nunca cumpliremos la voluntad completa de Dios para nuestras vidas.

Versículo 23 [ AMP ] ( Mateo 16 ) es un severo recordatorio de este punto: Pero Jesús se volvió y le dijo a Pedro: "¡Apártate de mí, Satanás! Eres un obstáculo para mí; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las cosas del hombre".

Finalmente, confrontamos la razón de esta declaración en el versículo 24 [ AMP ]: "Si alguien desea seguirme ( como mi discípulo ), debe negarse a sí mismo ( dejar de lado los intereses egoístas ), y tomar su cruz ( expresando su voluntad de soportar lo que pueda venir ) y seguirme ( creyendo en mí, conforme a mi ejemplo de vida, y si es necesario, sufriendo o tal vez muriendo por la fe en mí ").((

El nivel de compromiso requerido para este tipo de obediencia va mucho más allá de los devocionales diarios y el tiempo tranquilo con Dios. Si bien esas cosas pueden ayudarnos a crecer espiritualmente, siempre debemos recordar que debemos estirarnos para lograr la verdadera madurez espiritual, lo que puede ser incómodo o inconveniente. ¿De qué sirve nuestra actividad religiosa si solo sirve a nuestros deseos y deseos egoístas? En sí mismos, pueden no estar equivocados, pero el objetivo de la fe en Cristo es confiar plenamente en Él, ya sea que nuestros deseos sucedan o no. Confía en mí, a Dios le importan cada detalle de nuestras vidas, pero también quiere que crezcamos y maduremos en Él, incluso si no siempre obtenemos lo que queremos.

¿Qué pasa con las necesidades de nuestros vecinos, los pobres y los necesitados, o el empleado de la tienda de comestibles? Quiero desafiarte a comenzar buscando pequeñas oportunidades para tomar tu cruz y seguir la orden de Cristo de amarse unos a otros, cuidando las necesidades de los demás. Él puede guiarte a la aventura más increíble cuando aprendes a confiar y entregar tus decisiones, planes y deseos a Él.