Día 3 | Si queremos músculo hay que entrenar

Este versículo ilustra dos principios bíblicos increíbles de la familia.

El primero es que nuestra meta como padres debería ser que nuestros hijos lleguen mucho más lejos y tengan un alcance mucho mayor al nuestro. Debemos anhelar que esto sea en todas las aéreas, pero sobre todo, en la espiritual.

El segundo principio bíblico que ilustra este versículo es la figura de los padres como guerreros. Una flecha en las manos de alguien que no tiene la formación, capacitación, y entrenamiento de un guerrero, no podrá darle el mismo alcance a la flecha que podría darle de tener esa formación.

No podemos ser fuertes en lo que no entrenamos o en lo que no nos capacitamos.

Así como invertimos tiempo y dinero en nuestra educación para desempeñar un buen rol en nuestros trabajos, así mismo debemos invertir en fortalecer nuestros roles familiares. Aparte de meditar profundamente en la Palabra de Dios, podemos aprovechar los recursos poderosos que encontramos en la comunidad y familia que es la iglesia: grupos pequeños, cursos, estudios bíblicos, conferencias o libros recomendados por tu iglesia son herramientas para crecer en esta área.