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"Quiero sentir tu amor otra vez"

Finalmente, Pedro se encuentra con Jesús. El momento tan ansiado llegó. Imagino que lo único que Pedro quería era ver a Jesús con sus propios ojos y volver a sentir Su amor. Desde la negación hasta el momento del reencuentro habían pasado varios días. Probablemente, en todo ese tiempo, Pedro se dedicó a pensar que Jesús ya no lo amaba por lo que había hecho. Quizás lo que más extrañaba era precisamente eso: sentir el amor de Jesús. Me imagino que su más profundo anhelo era volver a sentir ese amor que había conocido en algún momento.

Pedro baja de la barca y se acerca donde estaba Jesús. Jesús, casi sin mediar palabras, le demuestra su amor preparándole un desayuno. No sé si piensas lo mismo que yo, pero para mí, la comida es un gran medio para demostrar afecto. Personalmente, me gusta mucho cocinar para ocasiones especiales e intentar demostrar el mayor amor posible a través de la comida. Quizás por eso me siento identificado con Jesús, quien usó un desayuno como la excusa perfecta para transmitir algo como: Tranquilo Pedro, todo está bien y acá estoy amándote como siempre".

Ante este deseo de querer sentir el amor de Jesús, su respuesta siempre va a ser sí. Puede ser que lo sientas de diferentes formas: un gozo incontrolable, la respuesta a una oración, el abrazo que necesitabas, provisión, lágrimas e innumerables formas más. Lo importante es que sientas ese amor.

Te invito a pensar, ¿en qué formas sentiste el amor de Jesús en este último tiempo? Si no encuentras una respuesta, te animo a que le pidas al Señor poder sentir Su amor, y tal como sucedió con Pedro, Su respuesta siempre va a ser un "Sí". También te animo a recordar que la muestra de amor más grande del Señor por nosotros fue Su sacrificio en la cruz, tal como lo dice Romanos 5.