El hombre de la cruz del medio: Un plan de lectura de Pascua de 7 díasMuestra
OSCURIDAD TOTAL
“Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde toda la tierra quedó en oscuridad, pues el sol se ocultó. Y la cortina del santuario del Templo se rasgó por la mitad”. Lucas 23:44-45 (NVI)
Después de la crucifixión de Jesús, pasado el mediodía, la tierra fue envuelta por la oscuridad. ¡Imagina lo inquietante que debió haber sido! Repentinamente la gente se sintió vulnerable, aterrada. Posiblemente los que estuvieron presentes en el arresto de Jesús recordarían que Él les había advertido: “Pero ya ha llegado la hora de ustedes, cuando reinan las tinieblas”. (Lucas 22:53). Pero probablemente, la mayoría se dijeron unos a otros: ¿De qué se trata esta oscuridad? ¿Por qué está sucediendo esto?
Ellos deberían haber sabido la respuesta. La muerte de Jesús ocurrió durante la celebración anual de la Pascua en Jerusalén. En este tiempo, los judíos recordarían que la plaga final que Dios envió sobre Egipto, antes de la llegada del ángel de la muerte, y la muerte de los hijos primogénitos, fue la de la oscuridad sobre toda la tierra. Recordarían que después de la oscuridad vino la muerte: que en aquella ocasión, sólo los protegidos por la sangre del cordero de la pascua encontraron por la mañana a su primogénito todavía con ellos. Y ahora, aquí, como en la oscuridad del mayor éxodo acaecido anteriormente, la oscuridad precedió a la muerte de Cristo, quien fue y es el Cordero de Pascua perfecto.
Es así cómo el que portó el pecado, el Cordero perfecto y sin mancha, Jesús, entró en la presencia del Dios santísimo. Es más, Él no llevó consigo ningún sacrificio sustitutivo aparte de sí mismo. Antes de este momento de la historia, para entrar al lugar santo de la presencia de Dios en el templo de Jerusalén, el sumo sacerdote tenía que hacer un sacrificio por su propio pecado y luego hacer un sacrificio por los pecados de aquellos a quienes representaba. Pero este Sumo Sacerdote entró en la presencia celestial del Dios santo sin llevar nada. ¿Por qué? Porque Él no necesitaba ningún sacrificio, porque era perfecto, sin pecado; y sin embargo Él mismo fue el sacrificio. Jesús era el Cordero. No había nada más que Él pudiera llevar y nada más que Él debierallevar. Como explica Pedro: “Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados” (1 Pedro 2:24).
Y así, la oscuridad del juicio de Dios no tuvo la última palabra. Debido a que Jesús se hizo pecado, saldando toda la furia de la ira de Dios, podemos ser transferidos al Reino de Dios, “a su luz admirable” (1 Pedro 2:9). No hay nada en el mundo que demuestre cuán real es el amor de Dios por los pecadores, y cuán real es nuestro pecado para Dios.
Debió ocultar el sol su faz en la oscuridad
Y sus glorias encerrar
Cuando Cristo, el poderoso Creador murió
Por el pecado del hombre, la criatura creada.[1]
- ¿De qué manera me está llamando Dios a pensar de forma diferente?
- ¿Cómo está reordenando Dios los afectos de mi corazón, lo que amo?
- ¿Qué es lo que Dios me está llamando a hacer hoy a lo largo de mi día?
[1] Isaac Watts, “Alas, and Did my Savior Bleed” (1707).
Escrituras
Acerca de este Plan
Casi todos concordamos en que este mundo está fragmentado. Pero ¿y si hubiera una solución? Este plan de Pascua de siete días comienza con la singular experiencia del ladrón en la cruz y considera por qué la única respuesta real al quebrantamiento se encuentra en la ejecución de un hombre inocente: Jesús, el Hijo de Dios.
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