FUEGO AMIGOMuestra

Cuando hablamos de Judas traicionando a Jesús, nos da vergüenza ajena de cómo pudo hacer eso.

Al escuchar la historia de un rey que quería matar a su mejor soldado, músico y el mejor amigo de su hijo, solo por celos, nos parece un egocéntrico, y un egoísta.

Cuando vemos la historia de Caín matando a su hermano, nos asombra cómo puede pasar eso en una familia.

Son historias que nos dan vergüenza de solo escucharlas.

Pero el inicio de esas historias, se gestó en acciones cotidianas que todos alguna vez tuvimos, y muchas veces pasamos por alto.

La realidad, es que, es probable que tengamos los mismos inicios.

Los mismos principios… y tus principios, determinan tu final.

Al ver historias de fuego amigo tan trágicas, pero notar que inician con actitudes tan cotidianas, debemos admitir que necesitamos trabajar en nosotros.

Entiendo que tal vez estés leyendo esto y pienses:

“Yo soy buena persona… solo hablo un poco mal de la gente, pero porque es divertido”.

“Los celos que siento, son mínimos… después me enfoco en otra cosa y se me pasan”.

“¿Envidia? Tampoco voy a morirme por sentir un poco de envidia”.

Tal vez estás minimizando tus inicios y cediendo tus principios, que se vuelven en principios de vida, porque en definitiva pensas que: “No es tan grave”.

Pero si esos inicios, se vuelven tus principios de vida, tus principios determinan tu final.

Si quieres el final que la Biblia te promete, necesitas tener sus principios.

Si tu opinión sobre lo que es el fuego amigo, u otras verdades en la vida, es más importante que lo que la Biblia muestra, entonces que tu opinión te provea lo que la Biblia promete.

Tanto en el fuego amigo, como en cualquier área de tu vida, si tu opinión es más importante que la Biblia, que tu opinión:

• Te provea de paz.
• Mande ángeles a protegerte a la noche.
• Te abra las puertas de los cielos.
• Te dé la sabiduría que necesitas.

Algunos quieren las promesas de Dios (finales), pero no sus principios.

Es contradictorio, pero sucede.

Judas representa mucho a nuestra sociedad. Una sociedad llena de codicia, avaricia, individualismo y fuego amigo.

Alguna vez, sin quererlo, todos fuimos Judas.

Porque el fuego amigo no es solo traicionar de manera evidente, el fuego amigo inicia en acciones pequeñas.

Pero, cuando estás enfocado en Jesús, las cosas que te dividen son oportunidades para aprender del otro y unirte.

Cuando estás enfocado en ti mismo/a, cada pensamiento diferente lo tomas como una ofensa.

¿Dónde estará tu enfoque hoy?