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"El versículo bíblico que ayuda a Tony Dungy a mantener la perspectiva después de la histórica victoria del Super Bowl"

Super Bowl XLI (4 de febrero de 2007): Indianapolis Colts 29, Chicago Bears 17

De una forma u otra, se iba a hacer historia. Tony Dungy o Lovie Smith se convertiría en el primer entrenador en jefe afroamericano en ganar un título de Super Bowl.

Dungy había llevado a los Indianapolis Colts a su primera aparición en un juego de campeonato de la NFL en 36 años y la primera desde que la franquicia se mudó de Baltimore en 1984. Smith también había devuelto a los Chicago Bears a la prominencia después de una sequía de títulos de la NFC de 21 años.

Antes de que un vencedor pudiera ser coronado, ambos equipos se vieron obligados a soportar condiciones de lluvia en Miami, algo que nunca antes había sucedido en el Super Bowl. Otra primicia histórica (el regreso inicial de Devin Hester para un touchdown) puso a los Colts sobre sus talones. Pero la celebración de los Bears no duró mucho. El mariscal de campo Peyton Manning pasó metódicamente para 247 yardas y un touchdown para llevar a Indianapolis a una cómoda victoria por 29-17.

"Estoy orgulloso de ser el primer entrenador afroamericano en ganar esto", dijo Dungy durante la ceremonia del trofeo. “Pero nuevamente, más que nada, Lovie Smith y yo no solo somos entrenadores afroamericanos sino también cristianos, lo que demuestra que puedes hacerlo a la manera del Señor. Estamos más orgullosos de eso".

De hecho, era la segunda vez que Dungy ganaba el título. Su primer campeonato llegó durante el Super Bowl XIII como jugador de los Pittsburgh Steelers. Pero esta vez, gracias en parte a la naturaleza histórica de su logro, fue diferente e incluso más especial. Una cosa que no cambió, sin embargo, fue el carácter de Dungy y su deseo de entrenar usando principios cristianos. Y después de dos temporadas más, decidió retirarse y concentrarse en su familia y los objetivos de su ministerio.

En 2016, cuando Dungy fue incluido en el Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional, dio una idea de cómo pudo retirarse en el apogeo de su carrera cuando tenía poco más de 50 años y aún era relativamente joven como entrenador en jefe de la NFL. Llegó en forma de un versículo bíblico que su madre (ahora fallecida) solía citarle a menudo cuando era niño.

"¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero y perder su alma?" (Mateo 16:26)

"Y sé que está feliz de saber que su hijo nunca olvidó ese versículo", dijo Dungy a la audiencia.

“El Señor realmente me ha guiado en un viaje maravilloso a lo largo de 31 años en la NFL, a través de algunas decepciones temporales y algunas alegrías increíbles”, agregó. "Aprecio cada relación que pude hacer durante esos 31 años, y siempre estaré agradecido con la Liga Nacional de Fútbol por darme el trabajo de mi vida."