¿En Quién Está Tu Identidad?Muestra
¿A quién estás mirando?
Algunos cristianos están corriendo un grave peligro en estos momentos, porque sin reconocerlo, sin darse cuenta; sus ojos están mirando a la persona equivocada, en lugar de estar mirando a Jesucristo. Al cristiano de hoy en día se le sorprende muy fácil; puedo notar como muchos se dejan impresionar fácilmente, incluso por los mismos dones y talentos que Dios le ha entregado a alguien, convirtiéndose esto en un arma de doble filo y de gran riesgo para quienes fácilmente son tan influenciables. Personas así, fácilmente terminan poniendo su mirada en el hombre; dando lugar a la dependencia espiritual, emocional e incluso muchas veces económica y material, creyendo que su crecimiento y su prosperidad proviene y depende de lo que puedan recibir por intermedio de un hombre, hijo de Dios, cristiano y hermano, en lugar de depender de su Padre.
Cuántas veces nos encontramos con cristianos totalmente dependientes de que alguien ore por ellos, de que alguien les aconseje frente a las decisiones que deben tomar, frente a cómo deben hacer en determinada situación donde posiblemente pueden estar siendo vulnerables ante el enemigo; y peor aún, dependientes del afecto, el reconocimiento y la aprobación que pueden recibir de un simple mortal a quien han elevado a un pedestal, etc. Quiero hacer una aclaración aquí; sabemos bien, que Dios mismo nos manda a permanecer en comunión entre los hermanos, a ayudarnos mutuamente cuando nos necesitamos, a manifestar el amor de Cristo a través del apoyo y del acompañamiento que podemos brindar a quienes nos necesitan en algún momento; de la misma forma, a pedir ese apoyo cuando también nosotros estemos necesitando a nuestros hermanos, por supuesto, no hay duda alguna de que así debe ser. Sin embargo, una cosa es saber que podemos contar con los hermanos y que Dios nos los ha dado precisamente para que en comunión disfrutemos, nos apoyemos, aprendamos y crezcamos conforme a la voluntad y los propósitos que tiene nuestro Padre; pero otra cosa muy distinta, es que dependamos de ellos. A esto no nos ha llamado el Señor, esto está totalmente en contra del propósito de dependencia absoluta que Dios quiere que ejerzamos de Él y de Su Hijo Jesús.
Hay una línea muy delgada en esto que les estoy diciendo; lo puedo decir, porque por años y tristemente lo sigo viendo en muchos cristianos, por poner sus ojos en el hombre, no disciernen los espíritus que les ministran, no disciernen los tiempos que enfrentan, no disciernen las enseñanzas que reciben, no disciernen las intenciones del corazón del hombre y no disciernen sus propias intenciones y deseos del corazón, que los lleva a vivir y querer ser como aquellos en quienes ponen su mirada y por eso llevan vidas cristianas tan acobardadas, mediocres y estancadas, tan carentes de la identidad de Cristo Jesús.
¿A quién estás mirando? ¿Estás mirando a Jesús? Bien, eso lo vamos a confirmar a través del desarrollo de este plan. El Padre, ha puesto en mi corazón escribir estas líneas para que podamos confirmarnos en la dependencia que quiere tengamos de Cristo Jesús, una dependencia absoluta en Él, que nos lleve a avanzar en el propósito que nos hace realmente prósperos, el propósito de ser como Él.
Escrituras
Acerca de este Plan
Con el nuevo nacimiento que nos dio el Espíritu de Dios, fuimos cimentados en la identidad de Jesús. Nuestro Padre quiere que vivamos y nos comportemos como dignos representantes de Su carácter; y la única forma de lograrlo, es mirando a Jesús. Él es nuestro camino, la meta, nuestro propósito. Lastimosamente, no todos los cristianos lo tienen claro y por poner su mirada en alguien diferente, es que fácilmente terminan desviándose de la vida abundante que Jesús nos prometió.
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Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/confiadosenJesucristo