[Singularidad de Cristo] El rol único de JesúsMuestra

Tres hechos respecto al rol de Jesús

Un Hombre cambió el mundo. Un Hombre dividió la historia. Un Hombre abrió el camino a un nuevo comienzo para todos los que acuden a Él. Ese Hombre Único es Jesús, el Mesías, el Hijo Unigénito de Dios, el Elegido.

El anuncio de Su venida declaró que sería único y cambiaría la historia. Los que le conocieron y le acompañaron durante Su vida, dieron testimonio de que era el Hijo de Dios, el Cristo esperado. Los que creyeron en Sus palabras fueron transformados y siguieron adelante con sus vidas con un corazón cambiado.

En la Biblia encontramos muchos relatos del ministerio de Jesús que cambió vidas: sanó a los enfermos, resucitó a los muertos, curó a los paralíticos y dio la vista a los ciegos. La humanidad nunca volvió a ser la misma cuando vino Jesús.

Las Escrituras dejan claros estos hechos: en primer lugar, los que reconocieron a Jesús como el Mesías también lo consideraron digno de recibir adoración y honor. No solo creyeron en Él, sino que le alabaron y le exaltaron por quién es.

En segundo lugar, en la Palabra, vemos que los que recibieron a Jesús oraban en Su nombre, según Sus enseñanzas. Incluso el nombre de Jesús es único; por eso nuestras oraciones deben centrarse en Él y en la voluntad del Padre. Él nos enseña que se hará todo lo que pidamos al Padre en Su nombre.

El tercer hecho es que Jesús realizó otros signos en presencia de Sus discípulos, aunque muchos no quedaron escritos. Sin embargo, el Apóstol Juan dijo: «Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre» (Juan 20:31).

Estos tres hechos siguen siendo válidos para nosotros y para todos los que creen en Jesucristo hoy en día. También nos encontramos con la singularidad de Cristo cuando creemos en Él, le alabamos, oramos en Su nombre y obedecemos Sus enseñanzas.

Cuando caminemos en Su verdad, veremos Sus maravillas, milagros y señales, como hicieron los discípulos, siendo el primer milagro nuestra salvación. Al seguir Sus enseñanzas, seremos transformados a Su imagen un poco más cada día.

Una vida en Cristo nos lleva a desempeñar nosotros mismos un papel único, pues Jesús desea que hagamos cosas más grandes que Él y proclamemos Su salvación a toda criatura de la Tierra.

Gracias Dios, por Jesús, el Mesías, el único que puede transformar nuestras vidas. Ayúdanos a permanecer cerca de Él cada día, manteniéndole en el centro de nuestras vidas y obedeciendo Sus enseñanzas.

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