[Singularidad de Cristo] La petición única de JesúsMuestra
El cuerpo de Cristo: Su cuerpo físico
Hay muchas cosas por las que Jesús es único. Una de ellas es la petición única que hizo a Sus seguidores. Para comprenderla, tenemos que entender qué significa el cuerpo de Cristo físicamente.
Jesús hizo esta petición única durante la Última Cena, hace más de dos mil años. En ella dijo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados”». Era una petición muy explícita para un momento muy concreto.
En el libro del profeta Isaías, encontramos una descripción de lo que sucedería con el cuerpo de Jesús mucho antes de que sucediera. El aspecto de Jesús sería dañado más que el de cualquier hombre: sería traspasado, aplastado, afligido, azotado y, finalmente, asesinado.
Durante Su viaje a la cruz, la Biblia menciona que esta profecía se cumplió. Isaías profetizó que nadie querría mirarle.
Pero, ¿cuál era la finalidad de todo este sufrimiento físico?
En el mismo pasaje del libro de Isaías, encontramos que Dios vería el resultado de la aflicción de Jesús y que muchos serían justificados a través de ella. A través de ese sufrimiento, tú y yo podemos ser justificados ante Dios. Cuando Dios nos mira, ve a Su Hijo amado; no nos ve a ti ni a mí. Nuestra posición ante Dios a través de Jesús es como si nunca hubiéramos pecado. A través de Jesús, fuimos hechos perfectos ante Dios.
Todos nuestros pecados fueron cargados sobre los hombros de Jesús. De hecho, fue tratado como un pecador para que ahora podamos tener acceso directo al Padre. En el momento en que Jesús murió, se destruyó la barrera que nos impedía acercarnos a Dios.
En la Última Cena, Jesús nos pidió que le recordáramos comiendo Su cuerpo (el pan) y bebiendo Su sangre (el vino). Quería que le recordáramos como nuestro Salvador, Aquel que nos dio Su poder, un lugar en el cielo, el privilegio de la realeza, Su compasión y Su perdón.
Jesús dio, dio y dio hasta que no hubo más que dar excepto a Sí mismo.
Acerca de este Plan
Esta primera parte de la serie, «La singularidad de Cristo», nos muestra la petición única de Jesús y cómo esta está relacionada con el cuerpo de Cristo. Este plan, profundo y a la vez oportuno, nos ayuda a comprender por qué tuvo que romperse el cuerpo físico de Jesucristo, el nuevo cuerpo que Él dio a luz con Su muerte y la importancia de Su sangre como signo de un nuevo pacto para nosotros.
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Un agradecimiento especial al Dr. Mark Rae del Centro Grace para el Desarrollo Espiritual (GCSD) bajo la Escuela de Teología Grace, en asociación con El Centro Network, por proporcionar este plan devocional. Para más información visite: https://www.gsot.edu/center/ y http://www.elcentronetwork.com.