Justo JuicioMuestra

Cuando encuentres a alguien en pecado, tu rol como hermano o hermana en Cristo, es señalar su pecado, y luego señalar la gracia de Dios, ayudando a que esa persona sea restaurada en amor.

En mi vida, han habido algunas personas que han podido restaurarme con humildad. Pero también han habido personas que en vez de señalar el pecado y luego señalar la gracia de Dios; señalan mi pecado y señalan su conducta “impecable”. Si soy sincero, también he sido soberbio en ocasiones cuando señalo el pecado de otros. Al igual que el fariseo que oró diciendo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres”, a veces soy tentado a ver el pecado de otro y luego compararme.

Juzgar a los demás está conectado con un concepto muy alto de sí mismo. Es fácil juzgar cuando pensamos que no tenemos defectos pero todos tenemos defectos, todos pecamos y todos somos propensos a caer. Por eso Pablo nos dice que debemos pensar de nosotros mismos con moderación y según la medida de fe que Dios nos ha dado.

¿Qué tiene que ver la medida de fe aquí? La medida de fe que Dios nos ha dado se refiere a los dones que tenemos que nos permiten formar parte del cuerpo de Cristo.

Tener muchos dones y mucho de que jactarte no te da el derecho de criticar a otros que no tengan los mismos dones. Solo es una muestra de la gracia que Dios ha tenido contigo. Si Dios nos ha mostrado gracia, ¿no crees que también debemos mostrar gracia a otros?

Reconocer eso nos habilitará a ver el pecado de otro con ojos diferentes, enfocándonos en juzgar y restaurar en humildad en vez de comparar.

¿Te imaginas los cambios que generaría una comunidad que hace todo lo posible por restaurar a los hermanos que se encuentran en pecado?