Justo JuicioMuestra

Debemos juzgar con justo juicio

Hace unos años, se me infectó un folículo piloso. El doctor me dijo que probablemente se infectó por un champú que estaba usando. Después de todo, los mega-machos como yo nos bañamos con todo en uno—champú, acondicionador, gel de ducha y aceite de motor. Estaba tan mal que se me cayó todo el pelo de esa área y tomó unos meses para que creciera nuevamente.

En ese tiempo era pastor de jóvenes. Por varias semanas, llegué a la iglesia con una gorra puesta para cubrir mi cabeza. Sabía que algunas personas quizá se quejarían de eso pero prefería que se quejaran a que me vieran sin la gorra. Justo como había pensado. ¡Alguien se había quejado! En una reunión, el pastor me dijo que había ofendido a alguien. Los músculos en mi garganta se tensaron. Me quité la gorra y le expliqué por qué estaba usando gorra todo el tiempo.

Esa persona que se quejó me había juzgado y había juzgado mal, porque consideró que yo estaba actuando irreverentemente, cuando no era así.

Pensar en esa instancia me recuerda algo que Jesús dijo en Juan 7. Los judíos estaban enojados con Jesús porque quebrantó la ley, sanando a una persona el día sábado. Ellos hubieran preferido que Jesús respetara el día de descanso y sanara a esa persona otro día. Pero Jesús quiso mostrarles que era preferible mostrar misericordia que mantener mandatos. Jesús les dijo: “No juzguen por las apariencias; juzguen con justo juicio”.

¿Sabías que existe una forma correcta de juzgar?

Cuando la Biblia nos llama a juzgar, nos está llamando a distinguir entre lo bueno y lo malo para sacar una opinión, en base a la Palabra de Dios.

Es importante cuidarnos de no sacar conclusiones de las personas y sus intenciones prematuramente. Cuando juzgamos, debemos hacerlo, escuchando atentamente las razones detrás de las acciones.

¿Has sacado una opinión de alguien basado en su apariencia? ¿Has juzgado a alguien sin interesarte en sus motivos? Cuando hacemos eso, estamos juzgando según las apariencias y en vez de juzgar con justo juicio.

Si también eres culpable de juzgar injustamente, confiesa ese pecado a Dios quien te perdonará y te ayudará a juzgar con justo juicio.