MATRIMONIO SOBRE LA ROCA

En la Biblia tenemos una metáfora fantástica sobre cómo se debe construir una casa (hogar). Todos sabemos que se puede construir muy mal si lo hacemos sobre un fundamento suave y que “construir sobre arena” es muy peligroso. Cuando llegan las lluvias y los vientos le pegan a la casa construida, todo se derrumba.

En cambio, construir sobre fundamentos fuertes, “anclados en la roca”, nos proporcionará la seguridad de que será muy difícil que a esa casa se la lleven los vientos, las lluvias o las tempestades de la vida. Los “derrumbes” matrimoniales están a la orden del día y van creciendo en número porque se construye muy mal desde el principio, pero, además, y a decir verdad, no debemos pasar por alto que no construimos una vez y ya, sino que vamos construyendo cada día, por acción y por omisión, pero, ¡ay de nosotros si no tenemos bien puestos los fundamentos!

Pero debemos recordar que nuestro fundamento es Cristo. Este hecho indiscutible es, especialmente relevante, en el matrimonio. Pensemos en el texto bíblico de “cordón de tres dobleces no se rompe fácil”. Si queremos hacer una trenza con dos dobleces se deshará fácilmente, en cuanto soltemos los cabos. En cambio, trenzar con tres cordones permite, mucho mejor, que lo unido permanezca. Marido, esposa y Cristo forman ese cordón fuerte que no se destruye fácilmente. Esta última palabra nos debe llamar poderosamente la atención; es como una gran señal de alerta, porque hemos de fijarnos en que no dice “nunca”, simplemente dice “fácil”. Es decir, será más difícil que se rompa, ¡pero no imposible!