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Dios será tu guía en tus laberintos

Hay momentos en los cuáles me he preocupado por tomar buenas decisiones y no desviarme de la voluntad de Dios. Recuerdo que le decía a Dios que sentía estar en un "buscaminas" y tienes que saber qué ...yo nunca aprendí a cómo jugarlo... Justo así me sentía, así que le dije a Dios: "Tú eres el experto en el buscaminas, sé que no me puedo dejar guiar por mi corazón o por mi propio entendimiento, pero Tú direccióname, dame instrucciones hacia donde debo ir". Sentía que la vida era un campo de minas y que sola no podía. Y, es la verdad, solos no podemos, así como tampoco podemos encontrar la salida a esos laberintos que atravesamos.

En Isaías 9:6 Jesús es conocido como Consejero, Él es la Sabiduría y Él mismo imparte sabiduría, consejo, dirección y lo hace por medio de Su Espíritu.

En realidad Él quiere enseñarnos, guiarnos, aconsejarnos, instruirnos, pero debemos aceptar su guíanza y su consejo. Lo cual implica ser entendidos y no necios sino dejar que sea el Espíritu quien nos guíe y no nuestra propia prudencia. En el Salmo 32: 9 el caballo y el mulo son utilizados como ejemplos de animales que no son fáciles de guiar, los cuales a veces necesitan un entrenamiento riguroso. Son disciplinados, y en lo que respecta a nuestras vidas de alguna forma Dios nos hará entender. En este proceso si somos renuentes, Dios nos disciplina… así que no nos resistamos ni opongamos a la guíanza de Dios sino reconozcamos y aceptemos Su dirección con humildad y total dependencia de Él, confiando que Él sabe lo que hace y por qué lo hace. Deja que Dios sea quién te dirija y quién tome el control. Que sea Él quién tome el volante y te direccione hacia Sus planes, hacia Su propósito y Su voluntad.

No hay nada que temer, Su voluntad es buena para tu vida.

Oración:

Te alabo Dios, Tú eres bueno , eres mi consejero, eres admirable tú eres la sabiduría, reconozco que dependo completamente de Ti. Dios quiero despejar un campo de minas sin detonar alguna y eso solo es posible con Tu ayuda, con Tu dirección , con Tu guía, con la revelación de Tu Espíritu. Perdóname si he sido necia/o y me he guiado por mi propia prudencia, me rindo a Tu voluntad y te doy gracias por ella. Calla mis pensamientos y permíteme escuchar Tu voz. En nombre de Tu Hijo amado Jesús, amén.