Vive Tu PropósitoMuestra

PERDÓN, primera letra del acróstico “Propósito”.

Te da acceso al propósito de Dios para tu vida y te permite vivir pleno.

Tres cosas esenciales que el PERDÓN hará para que descubras y vivas el propósito de Dios en tu vida.

1. Te dará acceso a tu Diseñador (Dios). Tienes un diseño específico y este diseño único, lógicamente como todo lo creado, tiene un diseñador que lo formó, por lo tanto, es Él quien conoce para qué fuiste creado. ¿Todos tenemos acceso a Dios? No, sólo los que a través de Su hijo Jesucristo piden y aceptan el perdón de sus pecados y así experimentan un nuevo nacimiento espiritual. La Biblia afirma que todos somos creación de Dios pero, no todos somos Sus hijos. ¿Qué tienes que hacer para convertirte en hijo?

a. Reconocer tu condición y confesar que has fallado.

b. No basta con sentir remordimiento, necesitas arrepentimiento, cambiar de dirección.

c. Cree y confiesa a Jesucristo como tu Salvador.

2. Te liberará de la amargura. Las personas que tienen gangrena físicamente pierden sensibilidad y despiden mal olor, así es cuando no recibes el perdón de Dios y no perdonas a otros, experimentas gangrena espiritual, es decir, los que conviven cada día contigo perciben tu mal olor que se manifiesta con quejas, criticas, negativismo, etc. aunque tu no seas sensible a ello. La amargura tiene su raíz en la falta de perdón, así que es vital perdonar a los que te han ofendido. Vivir con propósito implica impactar positivamente a otras personas y con amargura en tu vida no podrás lograrlo.

3. Podrás vivir en plenitud cada día. Las ofensas en nuestra vida serán parte del día a día porque las personas fallamos todos los días, porque no se trata de lo que hacemos sino de lo que somos, somos pecadores por eso fallamos. Al experimentar el perdón en tu vida tendrás la herramienta más valiosa para vivir en plenitud, yo lo llamo: “Estar con las cuentas cortas cada día”. Perdona siempre, cuantas veces sea necesario, 70 veces 7 le dijo Jesús a Pedro, esto no sígnica 490 veces sino una práctica diaria para vivir en libertad constante.

Oremos:

Señor, pongo mi vida en Tus manos, porque sé que ahí estará segura. Cambia el rumbo de mi vida. Perdóname y enséñame a perdonar, quiero vivir en la plenitud que solo tu das. En tu nombre Jesús, amén.