Vive Tu PropósitoMuestra

PLAN, cuarta letra del acróstico “Propósito”.

El camino para vivir enfocado.

Una vez que decidiste obedecer, entonces estás listo para avanzar. El “plan” desde la perspectiva bíblica: son directrices guiadas por tu Diseñador, 100% confiables y perfectas las cuales no revelan detalles, pero sí un camino a seguir. Déjame darte un ejemplo:

Analicemos el plan de Dios para Abram, el padre de la fe.

“Y el SEÑOR dijo a Abram: Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. Entonces Abram se fue tal como el SEÑOR le había dicho…” .

✔¿Qué le dijo Dios? “Vete”.

✔¿Le indicó algún detalle? No.

✔¿A dónde? “A la tierra que yo te mostraré”.

✔¿Obedeció? Sí, “se fue”.

Cuando Dios te dé un plan, no te preocupes por los detalles, Él te los dará más adelante, te lo explicaré en la letra “I” del acróstico, Él lo hace por tres razones:

1. No estamos listos para saberlos ni para hacerlos.

“Dios no busca personas totalmente capaces para hacer sus propósitos, solo busca personas totalmente obedientes que, aunque no estén listas, obedezcan porque descansan en el poder de Dios y no en el suyo”.

2. Muy seguramente no los creeríamos.

Los propósitos divinos sólo se hacen mediante planes divinos, es decir, fuera de nuestro alcance. Moisés, cuando Dios lo llamó para liberar a Su pueblo de la esclavitud, recibió algunas directrices para iniciar la misión, una de ellas que le causó mucha incredulidad: “Vuelve a Egipto y preséntate a el faraón”. Imagínate, había salido de allí huyendo por haber matado a un egipcio, volver ahí pareciera una locura. Moisés a todo le puso objeciones y vez tras vez recibía la confianza de Dios. Cuando exigimos tanto detalle a la directriz que Dios nos da, solo dejamos en evidencia nuestra incredulidad.

3. Renunciaríamos anticipadamente.

Moisés estaba renunciando antes de comenzar: “Te ruego que envíes a otra persona”, eso hizo enojar a Dios. ¡Imagínate si le hubiera contado todo lo que viviría en el desierto! Creo que no solo hubiera renunciado de nuevo, se habría llenado de temor y hasta hubiera salido corriendo con una mala imagen de Dios.

Pide a Dios que te muestre Su plan a partir de hoy, y aun sin detalles, cree y haz lo que te pida….¡ah! y no renuncies anticipadamente.