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La Oración en Mi AgendaMuestra

La Oración en Mi Agenda

DÍA 2 DE 5

La oración, la Palabra y mi corazón

El Salmo 139:23-24 es, para mí, una de las oraciones más poderosas del Salmista, pero la más difícil de hacer. No es una oración muy atractiva porque no se trata de alguna circunstancia o de un tercero, se trata de nosotros. De ser confrontados con nuestros deseos o pecados más escondidos. Se trata de exponer los lugares más oscuros y los sentimientos o pensamientos más vergonzosos.

Esta oración es:

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna”.

Una de las cosas que necesitamos aprender y entender es que nuestro corazón juega un papel importante en todo lo que hacemos y somos. No podemos empezar o terminar el día sin haberlo pasado por los rayos X de la oración y la Palabra de Dios.

La Biblia nos dice que nuestro corazón es profundo y engañoso (Jeremías 17:9). ¿Quién lo conocerá?

Hablamos del corazón en este segundo día del plan porque, si no reconocemos y entendemos las artimañas y mentiras que proceden de ahí, estaremos siendo guiados por él y no por el Espíritu Santo, que es el guía y mentor que nos dejó Jesús. Nuestro caminar se verá obstaculizado por el “doble ánimo” y, como resultado, nuestra vida no será abundante y victoriosa sino apática y en derrota.

Uno de los primeros impactos de una vida de oración es en nuestra propia vida. Podemos comenzar orando por alguna situación o por el cambio de alguna persona, pero terminaremos siendo confrontados y transformados nosotros mismos.

“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). El saber que nuestro corazón es engañoso, es profundo y con doblez trae luz a la manera en que debemos tratar esas cosas que son consecuencia del pecado que mora en nosotros. ¿Cómo debemos tratarlo? Con la Palabra y la oración.

Esta es otra de las oraciones más poderosas. Es una de esas peticiones poco hechas, pero a la cual -me imagino- Dios no puede resistirse. Este pedido habla de una persona cuyo orgullo ya fue aplastado y entendió que la necesidad de una intervención divina en su vida es imperante.

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmos 51:10).

Cuando leemos aquel pasaje: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón”, en la lista de personas o circunstancias de las cuales debes guardarlo, también estás tú.

¡Oremos!

“Señor, que Tu luz alumbre las áreas más oscuras de mi corazón. Confróntame con aquello que impide dentro de mí que vea la vida abundante que tienes preparada para mí. Crea en mí un corazón limpio y devuélveme el gozo de Tu salvación. Amén”.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

La Oración en Mi Agenda

Si te cuesta que la oración esté en tu agenda y en tu vida diaria, deseo con todo mi corazón y pido a Dios que, a través de este plan, puedas descubrir el poder que existe, NO meramente en la oración sino más bien el poder que hay en a QUIÉN oramos: Dios.

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Nos gustaría agradecer a es.jesus.net por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://es.jesus.net/