Tu Bando Sí ImportaMuestra

El camino del que es fácil salirse.

Como ves, siendo este un camino estrecho y de puerta también angosta, es fácil salirse y desviarse del trazado correcto. Del camino ancho es difícil escapar por razones bien distintas, si lo piensas: es tan amplio, tanto cabe, tantas formas de desviación y de mentira existen, que lo sencillo es quedarse ahí y no percibir siquiera que haya otra manera distinta de vivir. De nuevo, el drama y la tragedia del autoengaño.

En el camino estrecho, sin embargo, la clave está en conocer bien la hoja de ruta que Dios marca. Su voluntad revelada en Su Palabra, familiarizarse con la voz del Buen Pastor que se hizo carne por nosotros, y diferenciarla bien de cualquier otra clase de llamada que nos confunde y saca del camino para llevarnos de vuelta a todo lo demás.

Solo Jesús es Camino, Verdad y Vida. De ahí que todo lo restante sea la nada, mentira y muerte. En el Evangelio de Jesús el Cristo todos los caminos no conducen a Roma. Por eso no son tantos los que se salvan. Es una pura cuestión estadística, pensándolo bien. Si solo hay un camino que lleve a Dios, si es mediante Jesús que podemos creer en Dios (como nos dice 1ª Pedro 1:21), ¿qué es más fácil: entrar por el cauce correcto o escoger cualquier otra cosa?

Nadie nace en el camino aceptable por Dios, no se nos olvide. Nuestro estado es caído, pero podemos escoger porque aún es el tiempo aceptable (2ª Corintios 6:2). Una vez allí, seguiremos eligiendo si perseveramos o no, y esa es la segunda parte, la que verdaderamente prueba si somos Sus discípulos: “Bosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando” en palabras del propio Jesús (Juan 15:14).

A partir de ahí, podremos llamar bueno a lo que Él llamaría bueno. Todo lo demás no lo es, pero vivimos en el tiempo del relativismo, en el que cada cual ha llegado a creerse que las cosas son como las sentimos o nos parecen, y esa es la verdad absoluta. Hay caminos que se nos hacen rectos en nuestra opinión y que son, sin embargo, camino de muerte.

El reto para todo hombre y mujer hoy sigue siendo escoger bien. Una vez elegido el camino correcto, el desafío continúa siendo el de antaño: perseverar y permanecer donde encontramos Vida en abundancia.