Esencia Y PropósitoMuestra

Quien nos acompaña en el proceso

Llegamos a nuestro ultimo día y vamos a despedir este tiempo hablando de la única persona que te expresé que quería que fuera nuestra compañía en estos días, mi persona favorita: El ESPÍRITU SANTO.

El Espíritu Santo nos fue dado como el mejor regalo que en toda nuestra existencia podríamos recibir, solo imagina que el mismo Jesús declaró: “ A ustedes les conviene que yo me vaya para que les sea dado el Espíritu de Verdad”, o sea solo el hecho de que JESÚS dijera eso debe decirnos mucho acerca que cuán hermoso es la tercera persona de la Trinidad y lo tanto que lo necesitamos.

Jesús lo definió como nuestro ayudador, consolador, abogado defensor, la promesa divina, quien nos guiará a la verdad y nos convencerá de pecado. Por eso Su compañía se hace tan necesaria no solo en el proceso de volver a nuestra esencia y caminar en nuestro propósito, sino en cada dia de nuestras vidas.

¿A dónde estamos recurriendo si no estamos yendo a quien Jesús dejó para guiarnos?

Posiblemente estamos recibiendo las direcciones equivocadas.

Sin Él no llegaremos a la voluntad de Dios, Él es quien nos guía a la verdad.

Él es quien nos da la convicción y nos revela lo que hay en el corazón del padre.
El Espíritu Santo afirma la Palabra de Dios en nuestro corazón y nuestro espíritu, Él es quien nos guiará a lo que Dios diseñó para nosotros.

El Espíritu Santo es quien nos prepara y nos da el denuedo en todo lo que hacemos para el Señor.

El Espíritu Santo te escucha y quiere responder todas tus incógnitas, pero para conocer a alguien debes pasar tiempo con Él.

Ahí donde estás invita al Espíritu Santo, hazle habitación, acércate con confianza, si no lo conoces aún, pídele que quieres tener un encuentro con Él, háblale con tus propias palabras, es tiempo de dejar de conocerle solo porque los demás dicen de Él, Él anhela que experimentes Su poder y compañía.

De la letra a la práctica: Prepara en tu habitación un espacio donde puedas pasar un tiempo en armonía con el Espíritu Santo, olvídate de la vergüenza y hablale, Él es tan real como que tú estás leyendo esto. Prepara un lugar que siempre que lo veas te recuerde que debes pasar tiempo con Él.

Este devocional acaba aquí, pero de aquí en adelante es que debes comenzar a forjar una relación directa y firme con el Espíritu Santo, permaneciendo es Su esencia y Su propósito.

¡Dios te bendiga hoy y siempre!

Que las cuerdas de amor del Señor siempre te persigan y te alcancen donde quiera que estes, oro siempre para que Su Espíritu no se apague en ti y seas afirmada en el propósito de Dios, ¡en el nombre de Jesús !