Esencia Y PropósitoMuestra

Nuestra esencia ligada a la del Padre

¿Sabías que tenemos un Padre?
Si no lo conoces permíteme presentártelo, es posible que te estés preguntado que obvio, todos tenemos padre y madre, en mi caso tengo ambos, pero el padre que te quiero presentar va más allá de lo natural, es mi Abba Padre.

Aquel que está para ti sin importar tus fallas y tus defectos, quien te cuida a cada momento como la niña de sus ojos, quien se place en verte sonreír como niño por las cosas que hacen crecer tu alma, quien está pendiente de cada detalle para agradarte. Pero sobre todo, quien a pesar de que te corrija con las consecuencias de tus actos, está para abrazarte y recostarte en Su regazo cuando estás cansado y hecho pedazos, Su intención siempre es sanarte, cuidarte, mimarte y escucharte.

A nuestro Padre le gusta conversar con Sus hijos y enseñarlos sin juzgarlos. Sus brazos están abiertos para ti, para darte calor y amor que restaura y quita el temor (1 Juan 4:18).
Brazos donde sabes que pase lo que pase estarás seguro, pues tu Padre estará para protegerte.
Date el permiso de volver a ser niño junto a Él.

¿Te atreves a abrirle tus brazos como aquel padre que tanto anhelaste?

Es posible que hayas perdido a tu padre por diversos motivos o que lo tengas pero a pesar de sientas su ausencia aun en su presencia Nuestros padres aunque lo deseemos no son perfectos, y mucha veces como vimos en nuestra primera parada ellos también arrastran con influencia de sus antepasados y lo que tuvieron que sobrellevar.

Algunos buscan lo mejor para sus hijos pero lo hacen a su manera y a veces no son las más factibles, otros están cegados por traumas y malas experiencias de su pasado. Pero a pesar de todo eso, fueron los instrumentos que Dios usó para traerte al mundo, para que estés leyendo este devocional, para que hayas disfrutado cada momento en el que has sonreído y también para que hayas pasado cada experiencia entre lágrimas. Porque han sido las que te han ido formando para convertirte en la obra de arte de Dios.

Como hijos nuestra esencia siempre estará ligada a la esencia de nuestros padres y no es la excepción con nuestro Abba Padre. Hay un lazo inquebrantable cuando recibimos el espíritu de adopción. No estaremos manifestando a totalidad nuestra esencia lejos de la conexión de padre a hijo.

Oramos por sanidad emocional, para que la imagen de paternidad sea restaurada y te desligues de todo recuerdo que te marco dentro de tu núcleo familiar.

De la letra a la práctica: Toma unos minutos de tu tiempo y escribele una carta a tu padre terrenal, no tienes que entregarla, escribe tanto lo que agradeces como lo que te gustaría cambiar, sé honesta y saca todo lo que llevas dentro, pídele al Espíritu Santo que te ayude a escribirla, termina con una oración y pídele a Dios que te enseñe a verlo como padre, abre tu corazón y recibe Su paternidad.