¿Por Qué No Avanzo?Muestra

Todos los seres humanos, solemos ser expertos, llamativamente, a enfrentarnos a situaciones superficiales, y al hacerlo lo hacemos con todas nuestras fuerzas.

Soy argentino, todo un desafío, y te puedo asegurar que en nuestro país, enfrentarnos "acaloradamente", es una de nuestras “virtudes”. Discutir por el tránsito en las autopistas, las largas filas de espera, el peaje o cualquier persona que ose entrometerse en el camino.

¿Alguna vez entraste en una fuerte discusión por superficialidades?

En la vida, siempre tenemos que enfrentarnos a algo. No discutir, no pelearnos, pero sí hacerle frente a situaciones que nos ocurren, en pos de construir un mejor mañana. Evadiendo no se logra nada.

Pero, ¿a qué debemos enfrentarnos para avanzar?

A veces, somos muy buenos en desafiar situaciones, personas o momentos, que no van a cambiar nada en nuestra vida, porque son situaciones superficiales. En ese momento, parecemos valientes, osados o intrépidos.

Pero, ¿qué tal si desarrollamos la valentía de oponernos y desafiar aquellas cosas que nos impiden avanzar?

El Apóstol Pablo habla de esto en la carta a los Efesios, y menciona que nuestra lucha es más profunda de lo que podemos ver con nuestros ojos naturales.

Les dice algo cómo esto:

“¡Hey! Dejen de pelear con otras personas. Dejen de enfrentarse a cosas superficiales, porque en realidad nuestro enemigo no son las cosas superficiales o las personas, sino algo aún más profundo y difícil, complejo de ver”.

¿Qué tiene que ver esto con tu avance en la vida? Tiene mucho que ver, porque para avanzar, es determinante que identifiques qué necesitas vencer.

Tu enfrentamiento o lucha, no es contra personas. No es contra aquellos que te dañaron, ni contra el gobierno de turno que tomó una decisión y potenció tu desastre. Tu lucha es contra algo más profundo.

Tu lucha, tampoco es sólo contra ese pecado que no puedes dejar.

Nos enfrentamos a la mediocridad, mentira, injusticia, conformismo, engaño y soberbia, al orgullo… a los espíritus malignos que dirigen a muchos en este mundo quebrado.

Dios tiene un propósito para tu vida y hay un enemigo intentando destruirlo, pero estoy convencido que si identificas el verdadero enfrentamiento, el Espíritu Santo te guiará a vivir en la plenitud de Cristo, por encima de todo mal.

Te animo a desarrollar una vida de oración, pidiendo a Dios sabiduría para comprender cuál es tu verdadera lucha.