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En los días buenos
¿Quién define un día como bueno, o no tan bueno?
Esto me parece tan subjetivo, que la respuesta entonces va dirigida a que lo defines solo tú.
¿Qué es bueno para ti?
Puede que eso en particular no sea lo bueno o mejor para mí, y no hay problema. Son esos días los que muchas veces disfrutamos, agradecemos, pero vivimos con tanta intensidad que de igual forma nos agotan. ¿Te ha pasado que estás disfrutando tanto, que al final del día estás exhausta?
Siempre recuerdo lo extenuante que podían ser unas “vacaciones” cuando nuestra hija era pequeña.
No podemos negar que fueron días maravillosos, de mucha risa, juego, diversión, pero aun así no dejaban de agotar nuestros cuerpos y en ocasiones nuestras mentes.
Quizás tuviste un gran día en el trabajo, lograste la meta y la celebraste, pero de igual manera, llegas al final del día con las barras de batería en “rojo”. Y es que es completamente normal que nuestros cuerpos, nuestra mente se cansen y nuestra energía disminuya aun en los mejores días. ¡Qué bueno que nuestro Dios está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo! (Mateo 28:20).
Solo recuerda que Él siempre está disponible y el poder de Su Espíritu Santo está en ti, no solo para ayudarte en los días no tan buenos, sino en los que tus energías se han gastado de felicidad y de alegría. Nunca saques a Dios del panorama de tu vida.
Quizás hoy tengas muchas expectativas, te despertaste y levantaste sabiendo que harás cosas que te llenaran de alegría, pero nada nos llena de más satisfacción y gozo, sin la pérdida de energía que el estar en la presencia de Dios. Empieza hoy recargándote o llenándote en Su presencia. Es allí donde la palabra expresa que hay delicias para siempre (Salmos 16:11).
¿Sabes que cuando estamos muy ocupados, ya sea por trabajo, como por alguna actividad placentera, muchas veces dejamos de hacer algo importante? Dejamos de hidratarnos.
Científicamente se ha evidenciado que una de las causas del agotamiento físico y/o la falta de energía se deben a la deshidratación. Estás tan enfocado o tan envuelto en esa actividad que no te hidratas.
Qué bueno es saber que en Jesús tenemos plenitud de agua y de agua viva. El mismo nos invita a buscarle y no tener sed jamás. Pero es necesario que además de estar ocupado en eso tan agradable o de trabajo, no olvides estar conectado a la fuente que salta para vida eterna.
Recuerdo que cuando mi hija estaba jugando se le olvidaba comer y tomar agua, ella solo quería seguir jugando; por eso su papá y yo teníamos que recordarle constantemente el venir a comer y a tomar agua.
Hoy quiero hacerte el recordatorio a ti; recuerda buscar la presencia de Dios, llénate del poder de Su Santo Espíritu y disfruta tu mejor día, sin perder tu carga.
¡Qué este día sea el Mejor de tu vida!
Qué esté lleno de buenos resultados, de grandes noticias y que el poder inagotable de Dios se manifieste y fluya en ti y a través de ti para impartir a otros.
Escrituras
Acerca de este Plan
La persona del Espíritu Santo está disponible para transformar nuestra vida, día tras día. Solo depende de nosotros el buscarlo de forma intencional, darle acceso y permitirnos ser ese canal por el cual Él pueda manifestarse. Hoy es tu mejor día, camina y haz todo aquello que Dios puso en tus manos. Si estas agotado, búscalo a Él y recárgate en Su Presencia.
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Nos gustaría agradecer a Mendith Gonzalez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://mendithgonzalez.com/