Peleamos JuntosMuestra

Somos Familia

¡Que bendición formar parte de la familia de Dios! Cuando conocemos a Jesús y Su Espíritu Santo habita en nuestros corazones, automáticamente somos adoptados por una familia espiritual.

Y no solo tenemos familia en nuestra propia comunidad de fe o iglesia. Por toda la ciudad, el país y el mundo tenemos más y más hermanos. Estamos unidos en Cristo y eso nos hace familia. ¡Es realmente maravilloso!

Y como toda buena familia, disfrutamos de momentos de risas y alegrías pero también de dificultades. Sí, las dificultades no tienen buena fama, nadie las quiere pero están siempre presentes. Y no van a faltar aquellas que atenten contra nuestra familia de fe.

Esas dificultades son oportunidades para fortalecer nuestra unidad. Porque no es lo mismo estar simplemente juntos que estar realmente unidos. Podemos estar juntos en un culto, pero no unidos en el corazón. Podemos cantar juntos y no estar adorando en unidad.

Las dificultades nos desafían a ponernos de acuerdo, a que cada uno tome su rol y lo lleve adelante con amor y responsabilidad. Nos desafían a orar en una misma dirección, a avanzar unidos hacia un mismo objetivo. A darnos cuenta una vez más que no estamos solos, que estamos juntos en esta lucha, y que una vez atravesado el desierto, seremos fortalecidos.

¡Llamado a la acción!
Compartir nuestras cargas los unos con los otros, nos acerca, estrecha los lazos. Te invito a que en los próximos días puedas estar atento a las necesidades de quienes te rodean, y de compartir con personas de confianza tus propias cargas. De la misma manera en que el cuerpo se regenera a sí mismo ante una herida, se defiende de las amenazas externas, y se nutre para crecer, la comunidad de fe provee el entorno para que el Cuerpo de Cristo también sane, crezca y se desarrolle.
¡Disfrutemos juntos de esta maravillosa idea que es la iglesia!

Video completo de la prédica