FelizmenteMuestra

Tengo un propósito

La casualidad, la fortuna o el azar no tienen nada que ver con tu existencia. No vivimos vidas carentes de significado. Quizás escuchaste en la escuela o leíste en algún libro que estamos en esta tierra como el resultado fortuito de alguna ecuación cósmica sin sentido. Pero no es así, no estás aquí por error. Aunque seas el producto de una relación que no contaba con tu llegada, Dios sí te planeo y está feliz de tenerte entre nosotros.

Tu vida posee un valor y significado inestimable para Dios en todas sus dimensiones, desde tu concepción hasta el último día de tu vida, estás en los propósitos de Dios. Porque somos un reflejo de su imagen, porque fuimos hechos conforme a su semejanza y porque en su voluntad hay un plan para tu vida. La Biblia dice que los cielos cuentan la gloria de Dios y que el firmamento proclama la obra de sus manos (Salmos 119:1), pero para Dios hay algo mucho más precioso que todas las estrellas y todas las galaxias en el universo, ese tesoro es tu vida, eres tú.

Cuando vivimos una vida sin propósito y sin dirección, nos encontraremos con una carencia en el alma, que producirá afán y ansiedad por la incertidumbre de no saber que estamos haciendo aquí. Pero conforme avanzas en la vida, sabiendo que Dios te pensó y diseñó cada parte de ti, poco a poco te irás dando cuenta; al mirar hacia el camino que has recorrido, que los pasos dados en tu vida, han cumplido el propósito que Dios tenía para ella.

Oración:

Dios, gracias por tener un propósito para mi vida, se que no estoy aquí por error, sé que tú me pensaste y planeaste mi llegada aún antes de nacer. Dame la gracia de caminar en tus propósitos y los planes que tienes para mi vida, guíame con tu Espíritu Santo, en el nombre de Jesús, Amén.

Punto de acción.

Elabora una lista con las que consideras son tus fortalezas, otras personas que te conocen pueden contribuir en esta lista. Solo incluye fortalezas ¿En qué eres bueno? Cuando termines de hacer esa lista ora y dale gracias a Dios por cada una de esas fortalezas, después pídele dirección y oportunidades a Dios para crecer, desarrollar y usar esas aptitudes para bendecir a otros.