Conocidos Por DiosMuestra

Te conozco por tu propio nombre

Cuando no conoces a alguien, el primer paso es presentarte con tu nombre y, a partir de allí, en un proceso, vas conociendo mejor a esa persona. Poco a poco, deja de ser un/a desconocido/a para convertirse en tu amigo/a.

Momento de profundizar el concepto

¿Es así con Dios? ¿Debo presentarme ante Él para que me conozca? No, Él ya te conoce, aunque nunca tú le hayas dicho tu nombre. Eso es maravilloso, tu vida, tu nombre no son desconocidos por Él.

Desde antes de tu nacimiento, ya estabas en los planes de Dios. Él té llamó a existencia por Su voluntad y amor, para encauzarte hacia Sus propósitos y que seas una señal brillante de Su poder.

La maravillosa noticia es que Dios, tu creador, te ha estado llamando toda tu vida para que cumplas su perfecto plan. Te llama cada día, porque te conoce. Dios te conoce por tu nombre, Él te llama todo el tiempo.

Cuando Él te llama por tu propio nombre ¿Cómo respondes a Su voz?

• Escuchas que te llama, pero no reconoces Su voz.
• No escuchas en absoluto Su voz.
• Escuchas que te llama, reconoces Su voz, pero no le haces caso, decides tapar tus oídos.

¿Te gustaría responder al llamado del Señor la próxima vez?

Momento de ser conocidos por Dios por medio de una sincera oración:

Señor, Tú me conoces, siempre me llamas y quieres hablar conmigo. Hoy entiendo algo que no dimensionaba anteriormente. Tú me llamas constantemente por mi nombre. Muchas veces, no te he respondido; en otras ocasiones, no te hice caso; otras tantas veces, ni te he escuchado.

Desde hoy, quiero que me conozcas como alguien que escucha Tu voz, como alguien que responde a Tu llamado con alegría, obediencia y amor.