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Te conozco en tus tiempos de angustia

La angustia es un estado afectivo que se caracteriza por aparecer como reacción ante un peligro desconocido o ante la impresión de un peligro real o inexistente.

Varios motivos causan angustia: malas decisiones del pasado, malas relaciones, ataques del enemigo, confusiones, etc. En cualquier caso, Dios conoce los motivos, la causa y las consecuencias de la angustia en tu vida.

Debes saber que Dios no causa la angustia en nosotros, pero es especialista en sacarnos de ese pozo, si es que se lo permitimos.

Es momento de acercarse al Señor y conocer Su bondad. El Señor es bueno todo el tiempo, pero nos cuesta ver esa bondad cuando estamos en medio de una tormenta. ¿Tienes cansancio mental o lo tuviste en algún momento durante los últimos meses? La angustia acaba con nuestra fuerza mental y, al quitarnos la paz, produce cansancio emocional.

• La constante angustia es destructiva, te impide crear, soñar y crecer de manera estable.
• La constante angustia hace que tus fuerzas físicas se agoten y no puedas recargarlas.

Es momento de fortalecerse en la bondad de Dios. Él te conoce y ha provisto los recursos necesarios para fortalecerte hoy. Él tiene una inagotable fuente de nuevas fuerzas para ti.

• La nueva fuerza de Dios, a veces, te dará energía física.
• La nueva fuerza de Dios, a veces, viene con nuevas ideas.
• La nueva fuerza de Dios, a veces, trae nuevo entusiasmo.
• La nueva fuerza de Dios, a veces, te llena de fe para superar los momentos difíciles.

La angustia te deja una clara lección. Quizás has puesto demasiada confianza en agentes externos fuera de Dios. ¿Cómo reaccionas en momentos grises de tu vida?

• Con reclamos.
• Con quejas.
• Con enojo.
• Con sentimiento de injusticia.
• Con impaciencia.

Es momento para ser conocidos por el Señor con una sincera oración. “Él conoce a los que en Él confían”. Oramos:

Señor, me encuentro en angustia por las siguientes razones: ……
Hoy necesito de tus fuerzas, necesito tu bondad. Quiero conocerte en medio de esta prueba, pero también quiero que tú me conozcas aquí, ahora. Así como estoy, confieso que tuyo/a soy. A partir de hoy, quiero que me conozcas como alguien que confía en Ti en todo momento, y mucho más cuando estoy en medio de momentos difíciles.

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