Conocidos Por DiosMuestra

Te conozco en tus tareas diarias

Natanael era una persona que acostumbraba meditar en la ley y en las enseñanzas de los profetas del Antiguo Testamento. Era sincero, honesto y, principalmente, alguien que no había perdido la esperanza, como muchos de los judíos. Pero tenía muchas preguntas, dudas y cuestionamientos acerca del plan de Dios para su pueblo. Un día se alejó de todos; quizás hacía calor, por lo que se refugió bajo la sombra de una planta.

Su pensamiento estaba centrado en cuestiones importantes tales como:

• ¿Cuándo vendrá el Mesías?
• ¿Cuándo vendrás, amado Adonai?
• ¿Mi Señor, mi rey, cuándo cumplirás Tus promesas para Tu pueblo?

Para Natanael, era normal pasar tiempo meditando, era su tarea diaria, otro día de preguntas sin respuestas. Pero Jesús ve esa escena de forma diferente. Lo que es un día cualquiera para el ser humano, para el Señor es un día especial, en el que está atento a cualquier detalle que hacemos.

Así es nuestro Señor, no menosprecia ninguna de nuestras tareas diarias, ninguna duda o pregunta.

Momento para conocer a Dios en medio de nuestras tareas diarias.

Dios dice: “Puedo verte”. Dios está al tanto de nuestras actividades cotidianas y rutinas insignificantes, tales como cocinar, limpiar el jardín, ir de compras, pagar impuestos, etc. Dios sabe si eres un detallista o si eres alguien que va solo por resultados; si eres confiable o no.

Natanael fue uno de los primeros discípulos en unirse como seguidor de Jesús. El nombre Natanael significa “regalo de Dios” ¿Quieres ver algún regalo de Dios en tu cotidiano vivir?

Momento de ser conocidos por Dios mediante una sincera oración:

Señor, ahora entiendo que Tú no eres indiferente a mis tareas diarias. Por eso, quiero que me conozcas como alguien que te ama profundamente, cada día, en lo cotidiano y en la simpleza de la vida.

Ahora entiendo que mis tareas diarias no me ocultan de ti, Señor. Tú puedes verme detrás del escritorio, de los platos que lavo todos los días, de la computadora de la oficina, del volante del auto que conduzco, de los productos que vendo. Mis tareas diarias no me ocultan de Ti. Me ves siempre en todo lo que hago; me escuchas siempre en cada pensamiento.