Jesús vale la penaEjemplo

Tu identidad y destino

¿Alguna vez has notado cómo los seres humanos suspiran por (1) una identidad y (2) un destino? Tratamos de averiguar quiénes somos, a dónde pertenecemos y cuál es el propósito de nuestras vidas. ¿Y tú? ¿Sabes quién eres y por qué estás aquí?

Tal vez por eso encuentro la fe cristiana tan intrigante. A través del nombre de Jesús, a cada cristiano se le da (1) una identidad hermosa y (2) un emocionante destino. Hebreos dice: “Por lo tanto, hermanos y hermanas santos que comparten el llamamiento celestial, pongan sus pensamientos en Jesús” (3:1).

¿Quién eres tú? Eres un miembro santo de la familia de nuestro Padre. No eres normal, mediocre o poco interesante, sino “santo”, porque el Santo derramó Su sangre santa para hacerte tan santo como Él. No necesitas ser popular, famoso o conocido por tu vecino de al lado para ser alguien especial, porque eres alguien para nuestro Padre que está en los cielos. Eres Su hijo amado.

Y tienes un destino. "Participas en el llamado celestial”, lo que significa que Dios te ha llamado a unirte a Él en el cielo y, hasta que llegue ese día, a traer un atisbo del amor del cielo aquí a la Tierra. No necesitas ser pastor, iniciar un negocio o iniciar una organización sin fines de lucro para cumplir tu destino, porque tu destino es simplemente amar a los demás hasta que veas el rostro de Aquel que te amó antes de la creación del mundo.

Identidad y destino. ¡Dos de los innumerables regalos que son tuyos gracias a Jesús!