La Ventaja InjustaMuestra

«Llora en el dojo, ríe en el campo de batalla» - Proverbio japonés

Piensa en las tareas diarias que tienes en tu vida.

¿Qué tiene tu agenda? ¿Qué haces en el trabajo? ¿Qué se espera de ti y de tu equipo, y qué números o estadísticas se espera que mantengas?

Bueno, imagínate que entras al trabajo y te dicen que todas tus tareas han sido reducidas a la mitad.

Esto está parecido al concepto de las ventajas injustas. Piensa en esto:

Enfrentamos mucha adversidad en la vida. Por muchas temporadas en mi vida personal, y también profesional, enfrenté adversidad. Han añadido muchas «tareas» a mi agenda que me ocupan. Pero una característica de la resistencia es que eventualmente, se convierte en algo que ya no resistas, se convierte en lo normal. Si te dijeran que tenías que llevar una mochila de 40 libras a donde quiera que fueras, sería difícil al principio; no caminarías rápidamente, ni llegarías a tiempo con facilidad. Probablemente, estarías agotado al fin del día, hasta que te acostumbres. Al momento que te hayas acostumbrado, la mochila ya no te importa. Solo sigues caminando. Las 40 libras se sienten cada vez más ligeras hasta el punto en que ya no están allí. Ahora, el peso añadido es una parte de tu día.

Pero algún día, te la quitas y no te la pones nunca más.

¿Cómo te sientes haber soltado la mochila?

Esto es utilizar el fracaso.

El fracaso en un peso temporal que se agrega a tus hombros hasta que seas lo suficientemente fuerte como para moverte libremente. Entonces, cuando soltamos el fracaso, nos fortalecemos más que nunca. El fracaso y resistencia son sinónimos, fuerzas temporales que, inicialmente, empujan contra nosotros, solo para fortalecernos más tarde.

Es una ventaja injusta, y pertenece a aquellos que han fracasado.

Se nota en la vida diaria.

Aquellos que han experimentado el fracaso temprano en la vida tienden a desarrollar más determinación. Son más resistentes porque se habían sentido derrotados. Ellos conocen la realidad de perder y saben que no pueden perder a menos que tomen la decisión de rendirse.

No tengas miedo al fracaso. Y cuando fracases, sigue hacia adelante.