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VELAR

En esta ocasión Jesús busca un lugar para estar en comunión con el Padre ya que en un tiempo próximo debería enfrentar los momentos más difíciles de Su vida, el camino a la cruz. Para esto encuentra Getsemaní. Jesús va a orar en tres ocasiones hasta recibir respuesta del Padre dónde le indicaría que el plan de la cruz sigue en marcha y el trago amargo debería ser bebido. Lo que me llama la atención es cuántas veces Jesús hablo el verbo velar. Unas tres veces dijo a Sus discípulos que estén velando y en una de ellas fue más específico diciéndoles por qué hacerlo: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (Mateo 26:41).

La primera clave para vencer las tentaciones es VELAR. Es la parte más consciente nuestra, es la que apela a nuestro sentido más profundamente sincero al punto de saber y poder reconocer nuestra debilidad. No vendrán a nosotros tentaciones que no estén íntimamente relacionadas a nuestras debilidades. Nuestros puntos débiles serán las fortalezas de nuestro enemigo a la hora de tentarnos. Así como no se pesca un pez con la carnada que no le gusta, Satanás no hará morder al hombre el anzuelo del pecado, si la carnada de la tentación no es la debilidad que posee.

Amigo lector velar tiene que ver con conocer tu debilidad y preparar el escenario práctico que te guardará de entrar en tentación. En las tentaciones no se cae, sino que se “entra”. Ciertamente deberás revisar con el Espíritu Santo tu interior y reconocer tus debilidades para así saber preparar tu entorno donde debes desarrollarte sin ser vencido. Son cosas prácticas, y que por eso no dejan de ser espirituales. Es decir ciertos lugares en el que no debemos estar, ciertas personas con quienes debemos tomar distancia, relaciones insanas o tóxicas, abarca todo aquello previo del que somos conscientes en el que la tentación estará ahí presente esperándonos. Es como no querer ser mojados caminando al lado de una pileta llena de chicos jugando.

Los discípulos no velaron, sino que se durmieron y luego entraron en tentación no sabiendo qué hacer frente a los soldados que vinieron a buscar al Maestro.

Oración: Espíritu Santo ayúdame en este día; mira mi interior y ayúdame a ver mis debilidades para reconocerlas y fortalecer las mismas de manera positiva. Ayúdame a vencer el sueño que debilita mi velar cada día las asechanzas del diablo, que vienen en tentaciones y no puedo ver de manera práctica la salida de ellas. En el nombre de Jesús, amén.