Dándole Su Lugar a Dios.Muestra

¿Quiénes somos nosotros comparados con Dios?

Hay una realidad y es que nosotros no podemos compararnos con Dios; Él es perfecto, sublime y excelso. No hay nada imposible para Él y todo lo conoce, aun nuestros más íntimos pensamientos no le son ocultos.

No hay palabras que puedan expresar el inconmensurable poder y perfección de nuestro Dios; es por ello por lo que no debemos cuestionar Sus designios para el ser humano, especialmente para nosotros sus hijos. La Palabra nos dice en Jeremías 17:10: “Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras”. Si nuestras obras no son perfectas no podemos pedir que el Señor nos dé lo que nuestro corazón anhela. Esto es algo que sé que contrasta con lo que muchas veces se nos dice: “Dios es amor y entiende que fallemos”; la verdad es que la Palabra nos insta a buscar la perfección; así lo podemos ver en Lucas 1:75: “En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días”.

Esto es un punto imprescindible porque cuando entendamos que somos seres imperfectos que el Señor va perfeccionando día a día, vamos a comprender el lugar de nuestro Dios porque Él está sentado en el Trono de justicia y poder por causa de Su perfección. Si entendemos la majestuosidad de nuestro Dios, Su infinito amor y misericordia, vamos a poder entrar delante de Su Trono de la manera correcta. No nos expresaremos con frases como “Diosito”, esta frase que minimiza el inmenso poder de nuestro Creador. Recordemos que le debemos respeto porque Él nos formó y es dueño y señor de todo lo que nos rodea; si bien es cierto que nos ama, nunca debemos olvidar quien es Él.

Oremos y pidamos con humildad que nos ayude en nuestra vida; que guie nuestros pasos y que cumpla su propósito en nuestra vida:

Padre Bueno, te damos honor y gloria, alabanza y exaltación porque sabemos que eres excelso, soberano y perfecto. En el nombre poderoso y santo de Cristo Jesús te pedimos en este día que no nos permitas olvidar quién eres, que nunca minimicemos Tu esencia, poder y majestad. Usa nuestra boca para alabanza de Tu nombre en todo tiempo y que nuestras acciones sean perfectas delante de Ti. Ayúdanos a nunca olvidar que somos llamados a la perfección porque Tú eres perfecto y somos representantes Tuyos aquí en la tierra. Danos paz, dominio propio y mucho amor para soportar todas las situaciones adversas, amén.

Amado amigo, amada amiga, siempre recuerda que estamos en un proceso de perfeccionamiento y por lo tanto debemos seguir adelante todos los días de nuestra vida.