Cómo está tu almaMuestra

¿A qué se aferra mi alma?

Recientemente tuve una experiencia durante un viaje que dejó un profundo impacto en mí. Estaba en un vuelo de Seattle a LA. Algunos minutos después, aterrizamos, nos golpeó la peor turbulencia que jamás haya experimentado. Fue terrible. He estado en algunos vuelos locos, pero esta turbulencia era otro nivel. El avión cayó probablemente unos treinta metros al instante; después comenzó a rebotar por todo el lugar. Las bebidas se derramaron, la gente gritaba, incluso las azafatas entraron en pánico.

El chico que se encontraba a mi lado claramente era un alto poder ejecutivo. Tenía el traje, la laptop y la actitud. Incluso antes de que despegáramos, él ya estaba escribiendo furiosamente, y la forma en que me miraba dejaba claro que no estaba impresionado por mis pantalones rotos y mi sudadera.

Pero en cuestión de segundos, ese ejecutivo pasó de estar en control y distante a lloriquear como un poodle asustado. Pude ver sus nudillos volverse blancos alrededor de su reposabrazos. Sus llantos se volvieron más fuertes con cada rebote del avión.

No puedo criticarlo; todos estábamos asustados. Pero alguien me dijo alguna vez que ningún avión se ha venido abajo debido a la turbulencia, y supongo que le creí. Además, la turbulencia comenzó mientras yo estudiaba para un mensaje, y realmente estaba sacando provecho de mi estudio. Estaba teniendo un auténtico momento con Dios. Así que tal vez por primera vez en mi vida, yo era la persona emocionalmente estable en esa situación. Eventualmente aterrizamos a salvo, y los pasajeros rompieron en un espontáneo aplauso.

Durante los días siguientes estuve pensando en esa experiencia. No hay nada como la absoluta impotencia para hacerte evaluar a qué se aferra tu alma y de donde obtienes tu sensación de seguridad.

El camino lógico para encontrar seguridad es estar más en control. Es planear para cada contingencia y proveer para cada posibilidad. Pero esa lógica nos lleva a desviarnos. El trabajo o los planes no son malos, por supuesto, pero la seguridad basada en uno mismo, a final de cuentas, es una ilusión.

¿Por qué yo estaba en paz en ese vuelo? ¿Qué le ayudó a mi alma a confiar y relajarse aun cuando las circunstancias a mi alrededor eran aterradoras? Simplemente esto: Yo sabía que Dios tenía el control de mi alma. Sabía que mi vida estaba en sus manos. Mi alma pudo rápidamente aferrarse a él sin importar qué turbulencia externa o locura estuviera enfrentando.

En las antiguas escrituras de Isaías, Dios le dijo a Israel: “Ustedes se salvarán solo si regresan a mí y descansan en mí. En la tranquilidad y en la confianza está su fortaleza” (Isaías 30:15 NTV).

Nuestras almas encuentran ayuda no en el control, sino en volvernos a Dios; no en garantías externas, sino en la confianza interna. Nuestra esperanza está en Dios. Entramos en verdadero descanso, salvación y fortaleza al permitirles a nuestras almas aferrarse a él.

Eso no significa que nuestros pensamientos y emociones nunca fluctuarán. Lo harán. Tal vez nunca sea la persona emocionalmente estable en la situación otra vez. Pero a pesar de la turbulencia externa, nuestras almas pueden estar seguras. Nuestras almas pueden encontrar ayuda y fortaleza en Dios.

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¿Cómo te sientes o reaccionas cuando estás fuera de control en un área de tu vida?

¿Qué tan fácil es para ti confiar en Dios? ¿Hay algunas áreas que son más difíciles que otras?

¿ Por qué confiar que Dios tiene el control últimamente trae más paz a tu alma que tratar tú mismo de estar en control?