Ven, Señor Jesús VenMuestra

Vendré otra vez

Lectura: Juan 14:1–4

DEVOCIONAL: Juan 14:3

Y una vez me haya ido y haya preparado lugar, vendré de nuevo y os llevaré conmigo, para que estéis también donde yo esté.

En el Texto

Me encanta la garantía que expresan las palabras de Jesús. Sí, se estaba yendo, pero no por mucho tiempo ni para siempre. Su partida tenía un propósito mayor. Nos encontramos en un período de espera mientras esperamos expectantes Su regreso.

Sabemos que Jesús es digno de confianza. Sabemos esto por las profecías que hizo Jesús que ya sucedieron, como la destrucción del templo en Jerusalén, Su propio sufrimiento y muerte, la persecución de los apóstoles y la predicación del evangelio en todo el mundo. Jesús es digno de confianza, y si dice que vendrá de nuevo, podemos apostar nuestro último dólar a que lo hará.

¡Qué versículo tan alentador para enfocarnos mientras esperamos Su llegada! Jesús está preparando un lugar tan increíble para nosotras en el cielo que todas las mansiones y palacios en esta tierra palidecerían en comparación. Nada en este mundo puede siquiera acercarse a cuán hermoso, perfecto y asombroso será nuestro hogar celestial, construido por el mismo Maestro Carpintero. Puedo decir con seguridad que estará más allá de nuestra imaginación. Mirar la puesta de sol más hermosa o las colinas ondulantes y pacíficas no puede compararse en belleza con lo que Jesús tiene reservado para nosotras.

Sin embargo, definitivamente la mejor parte es que Jesús estará allí con nosotras. Nunca más seremos separadas de Él.

Oración

Querido Señor, gracias por Tu amor por mí. Gracias por Tu generosidad y Tu deseo de que yo viva contigo para siempre. Eres bueno, y todo lo que haces es bueno. Gracias por el hogar celestial que estás preparando y que algún día podré disfrutar en Tu presencia. Especialmente en los días en que las preocupaciones de este mundo me deprimen, ayúdame a recordar que puedo tener esperanza en lo que vendrá en el futuro. Ayúdame a mantener mis ojos fijos en Ti para que pueda mantenerme firme en la esperanza del cielo. Eres tan bueno conmigo, y estoy eternamente agradecida a Ti. Hasta el día en que me lleves a casa oraré: ven, Señor Jesús, ven. Amén.